jueves, diciembre 30, 2010

Juan Felix Sánchez


Revisando viejos documentos guardados por años, me topé con tres fotos que me trajeron gratos recuerdos de uno de esos seres humanos maravillosos muy ocasionalmente tenemos oportunidad de conocer: el artista plástico Juan Félix Sánchez.

Entonces yo estudiaba en la Universidad de Los Andes, y de vez en cuando me iba rumbo al frío páramo merideño. Allá, en algún lugar era posible ver a Juan Felix. A veces estaba sentado en la carretera tomando sol (algo que le producía un gran placer), o si uno se encontraba en los alrededores de San Rafael de Mucuchíes y preguntaba por él, alguien podía dar cuanta de su ubicación.

Todos lo llamábamos Juan Felix. A pesar de la diferencia de edad. Había algo en él que lo hacía ver jóven. Su sonrisa era amplia, sus palabras agudas e ingeniosas. Ya estaba algo sordo, pero en las conversaciones siempre afloraba un sentido del humor inteligente. (Recuerdo que una vez me estaba mostrando sus álbumes de fotos, y había algunas con Sofía Imber en su casa en Caracas. Yo le pregunté "¿Qué tal Sofía Imber", se rió y me dijo "Muy simpática y buena moza...Pero que no sepa Epifania esto, porque se pone celosa". 

En otra ocasión que le visité, le compre dos kilos de café recién molido, de una factoría que queda o quedaba por la avenida dos en Mérida (el aróma del café se podía sentir unas cuadras antes de llegar al sitio, una antigua casa estrecha). Llegué y en San Rafael de Mucuchíes pregunté por él y me dijeron en qué casa se encontraba. Allí estaba, junto con Epifania Gil, su compañera de vida, trabajando con unas telas. Le dí el paquete con el café molido y me lo agradeció de manera emotiva: "Hijo, muchas gracias, esto es oro para nosotros".

En esa ocasión, había varias personas allá, formando casi un anillo de seguridad en torno a Juan Félix, incluyendo una familiar suya que me preguntaba "¿Ustedes son de aquí?", aunque en el fondo quería preguntarme que qué quería de él. También estaba un petulantico caraqueño que entiendo estaba pasando un tiempo allí, en función de una actividad relacionada con sus estudios universitarios. Éste me seguía de cerca y no se apartó un momento mientras estuve allí. Era como una especia de perro guardián, pero además se creía con el derecho de intervenir y preguntar qué hacíamos ahí. Finalmente le tuve que decir que yo venía con frecuencia a visitarlo y que además había firmado manifiestos y defendido junto con otros amigos, de los arrebatos del patrimonio de Juan Félix Sánchez por parte de seres inefables que de manera interesada se hacían sus amigos para robarle sus obras artísticas.

Eran muchos los bandidos que se aprovechaban de este hombre, que era un santo. Juan Félix en una ocasión donó una casa suya, para que la convirtieran en un centro cultural del pueblo. Para desgracia suya, tal deseo no se cumplió, sino que el inmueble se utilizaba para fiestas y saraos de tinte político, lejos de las actividades para la cual entregó esa casa a la gobernación de Mérida. Luego, Juan Felix pedía que se le devolviera la casa, reclamando que él no la había entregado para esos fines, y la respuesta de las autoridades, alegando argumentos leguleyos, no querían devolverle lo suyo. Ante tal atropello, dirigimos cartas de protesta a la gobernación. No recuerdo bien que pasó con la casa... Creo recordar que se la devolvieron...

También había gente asociada a la política que trataban de convertirse en protectores de Juan Felix, pero lo hacían para robarle o para aprovecharse de su nombre. Uno de estos personajes fue a visitarle. El artista, que siempre era abierto y espléndido. Pero en esa ocasión narcotizaron a él y a Epifania y les robaron hasta joyas que pertenecían a su familia.

No me cabe duda que Juan Félix era un santo. Era un hombre muy religioso y su obra la consagró a Dios. Construyó con sus manos y casi sin ayuda dos hermosas iglesias de piedra, una de ellas en el Tisure y otra en San Rafael de Mucuchíes. (Yo le pregunté una vez que cómo había hecho para transportar esas piedras tan pesadas... simplemente se rió y no me contestó. Alguien me comentó que ese era un secreto bien guardado que conservaba para sí).

Lamentablemente, la ignorancia de muchos les impide apreciar la inmensidad de esos monumentos y las tratan con irrespeto, robando parte de esas piedras, sin entender que esas rocas fuera de allí caracen de sentido, que sólo cumplen una función como parte de esas obras maestras.

Por cuestiones del destino, me fui de Mérida. Poco tiempo después murió Juan Felix. Lamento no haber podido visitarle de nuevo, pero siempre lo tengo presente como uno de los grandes venezolanos que dedicó su vida y obra a esta tierra ingrata.

sábado, diciembre 11, 2010

Reencontrándome con Julio Verne


En el ya lejano año de 1980, en un intercambio de regalos de navidad en Bachillerato, una compañera me regaló un libro. En ese entonces y con escasos 12 años, un libro era un regalo inusual… ¿Por qué un libro?. Creo que lo único que leía entonces eran las historietas en los periódicos. Sin embargo, que diablos, comencé a hojearlo y muy pronto me encontré atrapado en una fascinante historia. ¿El libro? “Viaje al Centro de la Tierra” de Julio Verne.
Lo primero que me llamó poderosamente la atención fue lo convincente de la narración… De verdad que creí que se trataba de hechos verídicos y que Verne era quien los ponía en palabras para el mundo. Era imposible que tanto nivel de detalle pudiera provenir exclusivamente de la imaginación de una sola persona, es decir, que para mí existía un mundo dentro del nuestro y que allí habitaban seres que todos daban por desaparecidos.
La lectura de “Viaje la Centro de la Tierra” fue definitivamente una revelación y el descubrimiento de un mundo nuevo. Significó el despertar de la imaginación, ya un poco lacerada por la televisión, que entonces tenía una oferta bastante limitada y embrutecedora. Tal influencia tuvo en mí, que en algún momento contemplé la posibilidad de ser escritor y escribir historias como la de Verne. No llegué a concretar ese sueño, aunque adopté la pasión por la literatura, pasión que ni siquiera perdí, pese al esfuerzo denodado de la educación formal de convertirla en algo acartonado y sin vida.
Debo confesar, no obstante, que no fui lo suficientemente agradecido con Julio Verne: después de “Viaje la Centro de la Tierra” no leí un libro suyo, hasta que por cosas del azar volví a tomar otra de sus novelas (La Vuelta al Mundo en 80 Días), y retomamos esa relación que aunque distante, ha sido de cordialidad y admiración de mi parte hacia el maestro francés, que a pesar del olvido en que parece haber caído su obra, probablemente por los impresionantes cambios tecnológicos del siglo XX y XXI, es sin duda una de las mentes más brillante y poseedor de una de las imaginaciones más fértiles que ser humano alguno haya tenido.
Es por lo que “Viaje la Centro de la Tierra” significó significa en mi vida que rindo este pequeño tributo al hombre que fue capaz de llevarnos con su obra a los lugares más insospechados. Su vida y sus escritos son un manifiesto a favor de la imaginación y la creación artística.

sábado, noviembre 27, 2010

El enemigo incómodo



“… él (Vargas Llosa) es intelectual, laureado, tal… yo soy el arañero de sabaneta”
Hugo Chávez
I
Mario Vargas Llosa fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura 2010. Le sobran méritos. Es uno de los autores más completos y versátiles de la literatura moderna. Su obra comprende casi todos los géneros literarios, ensayos, novelas, cuentos, teatro, artículos periodísticos, etc.; siendo además prolífico y variado en cuanto a temas y estilo: desde una novela cruda y depresiva, como la “Ciudad y los Perros”, hasta otras humorísticas y “ligeras”, como “La tía Julia y el Escribidor”. Tiene además una cualidad que envidio y no consigo: su constancia.

Su libro “Contra Viento y Marea” es probablemente el más interesante, no tanto desde el punto de vista literario, sino para apreciar su evolución como escritor, pero sobre todo como político. Allí vemos como se inicia con una marcada militancia de izquierda, que lo llevó a defender fieramente la causa de la “Revolución Cubana”, pasando por la angustia de cómo fracasaba el ensayo caribeño, hasta la ruptura total con el régimen cubano, luego del encarcelamiento y auto-confesión del poeta Heberto Padilla.

El tema Padilla es interesante. Por un lado mostraba que para el régimen cubano, las libertades individuales no tenían cabida en “su” socialismo. Por otra parte, reflejaba una posición inconmovible en Vargas Llosa: La libertad es un principio sobre el cual no se negocia. Esa Libertad, la entiende Vargas Llosa en un sentido amplio: Comprende todos los ámbitos de la actividad humana: la libertad creativa, la libertad individual, la libertad económica, política…. En la carta que le dirije a Fidel Castro para criticar la humillante auto-confesión de crimen de Padilla, Vargas Llosa le dice "(...) lo exhortamos a evitar a Cuba el oscurantismo dogmático, la xenofobia cultural y el sistema represivo que impuso el estalinismo en los países socialistas..."

Cuando en los años 80, un Alan García distinto al de 2010, pretendía estatizar la actividad financiera del Perú a trancas y barrancas, como un inicio a una manera de control social y limitación de la iniciativa individual, Vargas Llosa salió de su comodidad, para liderar un movimiento en favor de la libertad económica. En el Perú hubo un entusiasmo general: frente a la pobreza que prometía García con sus estatizaciones, se oponía un sector importante de la población, que consideraba esta iniciativa como un error a un país ya de por sí empobrecido y sitiado por el terrorismo maoísta de “Sendero Luminoso”.

Se le presentaba un reto a Vargas Llosa. Su mensaje se basaba en la transparencia de su mensaje…y el mensaje era claro, había que cambiar y modernizar las estructuras económico-sociales para sacar al Perú del atraso y convertirlo en un país próspero y moderno. Para ello pedía un “Mandato Claro”. Sin embargo, Vargas Llosa, completamente ingenuo en la actividad política, fue blanco fácil de los ataques arteros y de la demagogia. Por un lado, usaban pasajes de su obra literaria para hacerlo ver como un tipo peligroso y pervertido, y por otro lado, sus adversarios políticos prometían lo que era imposible cumplir. Ya se manejaba entonces un peligroso discurso anti partidos y la necesidad de hombres fuertes como solución a los males sociales.

Bajo estas condiciones, un desconocido ajeno a la tradición política de entonces se hace de la presidencia: Alberto Fujimori. Con un mensaje simplista en el que solo prometía pan y trabajo, gana las elecciones. Contó para ello incluso con el apoyo (tardío y desesperado en algunos casos) de los factores políticos, sociales y religioso que adversaban a Vargas Llosa. Ese Ingeniero desconocido instauró en América Latina el “ejemplo” a seguir: valerse de los mecanismos institucionales para arrebatar a la fuerza el poder e instaurar una dictadura, con las consecuencias negativas que tales métodos significan para la libertad.

Vargas Llosa salió de la escena política pública y escribió unas memorias, que además de bien escritas, aportan un importante insumo sobre lo que lo que es hacer política en Latinoamérica (El pez en el agua).

No obstante, la derrota electoral significó para Vargas Llosa, no solo un reimpulso de su carrera literaria, sino que también se convirtió en un defensor obstinado de las libertades económicas como factor fundamental del desarrollo económico.
II
Un poco más de un año atrás, Vargas Llosa fue invitado a Venezuela a unas jornadas organizadas por CECICE. Es obvio que tal causaría escozor en el gobierno de Hugo Chávez. Primero, los “medios alternativos” enviaron a su jauría de Pseudo-periodistas, que olvidando toda ética profesional y respeto, para acosar a su entrevistado (y como lo hacen habitualmente), bamboleaban el micrófono en la cara del incómodo, buscando cualquier reacción de éste, para hacer un escándalo.

A diferencia de otros, Vargas Llosa no cayó en la trampa. Más bien se le vio ingenuo. Por su cabeza probablemente no pasaba que era todo una trampa para hacerlo ver como un extremista intolerante, que al menor esfuerzo recitaba improperios contra negros, indios y cualquier otro grupo segregado. 

Chávez, quien no tolera que le roben protagonismo, invitó a Vargas Llosa a un debate, como los boxeadores que gritan “lo noquearé en el tercero”. Se le oía expresar risueño: “yo acepto en participar con él en un debate… a las 11 de la mañana los espero pues, ALO PRESIDENTE abre sus puertas, allí en el salón Ayacucho, vengan, sin evadir ningún tema, cualquier tema es válido, transmisión en vivo y si quieren en cadena nacional de radio y televisión, Telesur, sin barras”, repetía en su programa, ante las risas insulsas de sus aduladores.

Probablemente el Presidente se sentía sobre seguro. Vargas Llosa no aceptaría el debate. Pensaría el Señor de Sabaneta que la demagogia de izquierda (o las “izquierda demagógica) que él encarna es más fácil de vender (todo se regala sin exigir esfuerzo del receptor de las dádivas), que la libertad económica, que en principio supone iniciativa y esfuerzo. Pero ante la respuesta positiva a la confrontación de ideas, Chávez se refugió en la excusa de que él sólo era un soldado y que si quería debatir, lo hiciera con los intelectuales de la revolución “Lo único que yo hago, Vargas Llosa es humildemente poner las cámaras y el espacio de Aló Presidente, más nada, ahora va a decir que yo miento (por no aceptar el debate), estoy es ofreciendo un espacio”… luego comenzó a cantar “no me vas a provocar, no me vas a provocar, traqui traqui…”, ejecutando un bailecito sentado en su silla.

Lástima no tuvo lugar el encuentro. Hubiera sido un momento crucial para que los venezolanos y latinoamericanos pensáramos sobre qué es lo mejor para nuestro destino como naciones y como continente. En todo caso, a mí me quedó la impresión que el debate en un ambiente serio, sin tumulto y barras bravas, no era posible con Chávez.

III

Para el mundo de las letras, la distinción al Premio Nobel de Vargas Llosa es sobradamente merecida. Es difícil que alguien discuta los méritos. En el diario GRANMA se reconoció el valor artístico de su obra… Pero obviamente planteaban la “objeción moral” al premio “Lo que ha construido con la escritura lo ha ido destruyendo con su catadura moral, los desplantes neoliberales, la negación de sus orígenes y la obsecuencia ante los dictados del imperio. No hay causa indigna en esta parte del mundo que MarioVargas Llosa deje de apoyar y aplaudir”.

La reacción no podía ser otra, más aún cuando Vargas Llosa pasó de ser un entusiasta defensor de la Revolución Cubana a un crítico severo de la dictadura que allí se implantó.

Se demuestra con la posición expresada a través de GRANMA que el debate con algunos sectores se cierra, porque se utiliza la descalificación como argumento de fondo. Es claro que muchas de las ideas de Vargas Llosa son discutibles, pero es mediante la confrontación de ideas en un ambiente de libertad que se podrán encontrar soluciones viables para nuestros países.

Para mayor información ver:
http://www.youtube.com/watch?v=zSLV7Ju2sv0&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=qDkzSa2yDJs
http://www.armariolibre.com/index.php?option=com_content&view=article&id=13591:-cuba-rechaza-premio-nobel-de-mario-vargas-llosa&catid=47:cultura-y-farandula&Itemid=86
http://www.dailymotion.com/video/x9folv_respuesta-chavez-debate_news#from=embed&start=208
http://www.youtube.com/watch?v=aw6W9xGqfUk&NR=1

jueves, octubre 21, 2010

El nuevo narcisismo


Puedo confesar, tal vez con cierta vergüenza, que las nuevas tecnologías, especialmente internet, los teléfonos inteligentes, los MP3, MP4, etc., me causan una extraña fascinación. Los utilizo en mi vida diaria, forman parte de mi existencia y de lo que soy. Ver tanto adminículo ejecutando funciones, comunicando a la gente en tiempo real, sin importar las distancias y las fronteras, es realmente sorprendente. ¿Cómo ha llegado el hombre a tanto. Cómo descubrió las leyes de la naturaleza que permiten todo eso. Habrá un límite?
Lejanos están los días en que para comunicarse con alguien en el extranjero, se llamaba a una “operadora”… Ignoramos si tal cargo aún existe dentro de una empresa de telecomunicaciones, pues en el presente basta que dos personas tengan una computadora, acceso a internet y unos audífonos especiales, para hablarse y verse, por el tiempo que quieran, tal y como la ciencia ficción del siglo pasado lo anticipó… y algunos de estos servicios son gratuitos.
Un sub-producto de las tecnologías de información son las llamadas “redes sociales”. Hasta hace pocos años existían un buen número de ellas. Algunas alcanzaron cierto renombre, como MySpace. Pero en la actualidad destacan dos, “Facebook” y “Twitter”.
No niego que tengo mis cuentas en cada una de ellas, con mis propios “Amigos” y “Seguidores”, según el caso. En principio entré a ellas por curiosidad, incluso mucho antes que estuvieran de moda y también caí en la trampa que le tienden a los incautos.
No obstante, por un tiempo no lograba entender bien el fin último o el uso correcto que debía dárseles. ¿Por qué la gente quería ser parte de esto?… Hasta que comprendí (o intuí, no sé) que en realidad esas redes no son más que herramientas para desplegar nuevas forma de narcisismo. Here is how it works…
La persona se adhiere a las redes, bajo condiciones que desconocen o no entienden. Dado que pertenecer a ellas no cuesta dinero, pero quienes la crearon y difundieron se dieron cuenta que podían usar del afán de protagonismos de unos cuantos para venderles cosas sin que se den cuenta.
Sin embargo, esto se realiza de una manera muy disfrazada. El asunto es que al adherirse, la lógica es buscar “amigos”. Pueden ser efectivamente tus amigos y familiares, pero luego te das cuenta que puedes buscar también a un viejo amigo, a una antigua novia, a un amor frustrado del pasado (y hasta retomar esa relación). Ellos ahora son tus “amigos”, pero en la red social… y esa red se encarga de sugerirte nuevas personas (amigos de tus amigos), con lo que, o bien invitas nuevas personas, o nuevas personas te invitan. Al final nos damos cuenta que el más impopular tiene 100 amigos… y el más popular puede contar con miles… Ah… la amistad tiene un nuevo significado en la internet…
Ahora, ¿Qué uso le están dando las personas a las redes sociales? Simple: quieren 1.- Que todos sus “amigos” sepan las cosas buenas que le están pasando. 2.- Alardear de los lugares remotos y excelentes que están conociendo. 3.- que sepan lo que está pensando en ese momento. 4.- Qué sepan planes tienen (viajes…ver 2.-). 5.- Que sepan lo que les dijo la galleta de la fortuna. (o qué entendieron de ese mensaje críptico.) 6.- Que sepan la música que escuchan (lo que puede ir desde la “Tigresa del Oriente” hasta Rachmaninov). 7.- Que sepan las fiestas a las que asisten (Aquí hay que tener cuidado, alguno puede colocar una foto en la que se ponga a alguien en evidencia…).
Esta información está allí para todos y para “perpetua memoria”, como dicen los abogados. Nos lleva a ver sólo el lado amable de nuestros amigos: que se den cuenta que son mejores de lo que imaginamos, al atiborrarnos de datos que no necesitamos, no queremos saber y que nunca logramos terminar de procesar ni entender.
¿Cuál es el fin último entonces, por qué estamos ahí?: Para engrandecer los egos, demostrando que somos más felices, que vamos a los mejores lugares, que comemos los mejores platos, con la ventaja que podemos incluir fotos y videos como evidencia. Es decir, poder mirarnos en ese espejo virtual y lucir más hermosos, en un ejercicio de narcisismo inimaginable hace tan sólo unos pocos años, cuando para ello apenas alcanzábamos un círculo muy reducido de personas.
Ahora podemos pavonearnos a mayor escala. Plagiar algo interesante y colocarlo en las redes como algo propio, en fin ser mejores, ser felices, ser únicos… y enrostrárselo a nuestros “amigos”…

domingo, octubre 03, 2010

El hombre contra la naturaleza


En el verano de 2005, cuando el Huracán "Katrina" llevaba un enfurecido paso de destrucción, sólo una noticia que me hizo pensar en la tragedia que muchos seres humanos padecían. CNN informaba que el pionero rocanrolero Fats Domino podía estar entre las víctimas del huracán.

Una vaga nostalgia me invadió. Hacía años que no oía el nombre del músico. Miles de recuerdos se agolparon en mi mente. Como homenaje a su vida artística llena de aciertos, busqué unos viejos discos. Sonaron melodías hermosas, especialmente una dedicada a su ciudad natal “Walking to New Orleans”: I'm walkin' to New Orleans, I'm gonna need two pair-a shoes When I get through walkin' these blues…

Era un acto de injusticia que un hombre que había legado a la música popular una obra trascendental (aunque hoy día casi olvidado) muriera tragado en esa orgía salvaje de agua y viento… ¿qué explicación podía haber que un hombre de su talento desapareciera así, qué mal podía haber hecho?

Pero de la nada, surgía de nuevo Fats rescatado por las autoridades. De acuerdo con las noticias el cantante no dejó su casa, pero no se daba mayor información de las razones para no abandonar el sitio… No sabía que pensar sobre esto. ¿Es que Fats se sentía viejo y le parecía sin sentido salir a salvarse? ¿Era un avaro que simplemente se aferraba a sus bienes materiales?

Ninguna de las dudas que tuve se acercó a lo que realmente sucedió… Fats se quedó en su hogar… por un acto de amor. Su esposa estaba gravemente enferma y no era recomendable su movilización. Durante difíciles horas tuvo que luchar contra la naturaleza, convertida en un demonio sin control, para poder salvarla y salvarse. La fortuna en forma de helicóptero se compadeció de este buen hombre y de su familia.

Estas líneas no son sino un homenaje a ese acto de amor.

domingo, julio 25, 2010

Bolívar, Manuela y el Dr. Thorne


Hay hechos concretos de la vida real que me incitan a determinadas lecturas o autores. Puede se una noticia que la asocie que una obra en particular, una entrevista a un autor... es difícil describir todas las posibilidades.

Lo más reciente, tiene que ver con un hecho que está ubicado entre lo risible y lo anecdótico: el viaje de los “restos simbólicos” de Doña Manuela Saenz a Caracas para que descansaran junto con su más famoso amante, El Libertador, Simón Bolívar.

“Simbólico” es definido por el Diccionario de la Real Academia Española como “Perteneciente o relativo al símbolo”, y símbolo, en su primera acepción es “Representación sensorialmente perceptible de una realidad, en virtud de rasgos que se asocian con esta por una convención socialmente aceptada”. Para ponernos de acuerdo, se trata de “algo” (en este caso tierra de “Paita”, lugar donde murió la heroína) que convencionalmente son los “restos” de Manuela Saenz y son llevados a Venezuela para que descansen junto con los restos (¿simbólicos?) de Simón Bolívar.

La lectura que este libro incitó en mí fue una novela corta que el escritor venezolano Denzil Romero escribió hace unos cuantos años (1988) sobre la controversial mujer.

Manuela Saenz es conocida por el título que le dio Bolívar: “La Libertadora del Libertador”, al salvarle la vida de un atentado contra su vida en 1828. Que su amante evitara la muerte de uno de los grandes hombres de la humanidad, ya es motivo para que no pase al olvido. Su vida con toda seguridad debió ser más interesante, pero precisamente por lo escaso de documentos históricos disponibles, queda a los escritores de ficción tratar de imaginar su vida.

Denzil Romero, más que recrear una historia novelada de Doña Manuela, se decide a narrar sobre su vida erótica. En las páginas de la novela se detallan sus momentos íntimos sexuales. No es un exabrupto imaginar que ello pudo ocurrir. Tomemos en cuenta, por ejemplo, que a los escasos 17 años, Manuela escapa con Fausto D’Elhuyar. Que aún siendo una mujer muy joven, se casa con el Dr. Thorne, un inglés acaudalado que le llevaba casi treinta años de diferencia de edad.

La relación con un insípido Thorne tiene una desenlace previsible si tomamos en cuenta quien era su esposa: Una apasionada e insatisfecha mujer que no se deja impresionar ni constreñir por los convencionalismos de su época. En 1825 le escribe a su marido una carta dándole alguna de las razones de la ruptura: “Déjame en paz, mi querido inglés. Amas sin placer. Conversas sin gracia, caminas sin prisa, te sientas con cautela y no te ríes ni de tus propias bromas.”... Siendo así, se puede colegir que su vida interior y su vida sexual no podían ser aburridas y probablemente sólo un hombre como Bolívar, inquieto como militar, como estratega, como pensador y como amante podía satisfacer tanta furia volcánica.

Y es a partir de esa vida, de sus cartas y de su vida como amante de Bolívar (que fue lo que a fin de cuentas le otorgó una gran notoriedad, sin dejar de hacer méritos de sus actividades conspirativas en favor de la causa de independencia) que Romero reconstruye la vida amorosa de Manuela, repleta de amantes y sexo. Se trata a fin de cuentas de una obra sumergida en un gran erotismo, por lo que no extraña que en su momento recibiera el premio “La Sonrisa Vertical”, auspiciado por la editorial Tusquets.

“La esposa del Dr. Thorne”, es una novela moderna y atrevida, escrita con dominio del lenguaje y de las pasiones humanas.

martes, mayo 04, 2010

Deuda con Rómulo Gallegos


Para cualquier venezolano, el nombre de Rómulo Gallegos despierta algo de la identidad que anhelamos. Sus novelas se desarrollan y describen los parajes más consubstanciados con la nuestra nacionalidad y algunos de sus personajes están dotados de las cualidades que deseamos (un Santos Luzardo, por ejemplo), aunque en sus páginas también habitan otros más semejantes a nuestra verdadera forma de ser, como el inefable Mujiquita. En el pasado, las participantes en los concursos de belleza mencionaban a Gallegos como la lectura daba a entender que estaban allí no sólo por su belleza, sino por tener una amplia cultura general. Hoy en día, otro de sus personajes resuena por razones políticas: el antipático “Mr. Danger”.

En mi caso, Rómulo Gallegos está ligado al encuentro con la literatura: fue a través de este autor que entendí y comprendí el valor de la ficción, de la imaginación, de la lectura como placer. En definitiva, como una manera de entender al mundo, viéndolo desde uno paralelo, distinto, finito (visto desde la perspectiva de la obra que estamos leyendo), pero infinito en cuanto a sus posibilidades.

Fue un particular maestro de enseñanza primaria de sexto grado, preocupado por lo que él consideraba nuestra “pérdida de identidad” por preferir modas y usos extranjeros (especialmente los que provenían del “imperio norteamericano”) que nos constreñía a leer la novela más famosa de Gallegos: “Doña Bárbara”. Esto con el fin de encontrar allí las raices de la “venezolaneidad” y el verdadero camino al desarrollo y a la prosperidad.

Más adelante, cuando cursaba el tercer año de la educación media, nos tocó de nuevo leer otra novela de Rómulo Gallegos, a cambio de una calificación en “Castellano y Literatura”: “La Trepadora”. Era ésta la manera de que encontráramos gusto por los libros: a la fuerza. Un ejercicio que con el tiempo encontré, por decir lo menos contraproducente, cuando no hipócrita: a la larga nadie se terminaba interesando por la literatura. La mayoría prefería, o bien aprenderse algún resumen de memoria, o bien leerla como quien toma una medicina desagradable, o pedir a alguien que nos resumiera el mamotreto.

Por mi parte, carecía entonces de cualquier disciplina como lector, pero muy pronto el mundo subyacente en las palabras me atrapó. Hoy en día me es difícil recordar bien de que trataba la novela, pero en su momento esa lectura fue un ejercicio placentero: el poder entrar en un mundo que desconocía. Lei otras obras de Gallegos como consecuencia y de ahí en adelante fui descubriendo también otros autores que abrieron a su vez otras posibilidades: Juan Rulfo, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Mario Vargas Llosa, entre otros.

Unos veinte años más adelante, cuando las páginas de Gallegos eran casi un recuerdo de la adolescencia, traté de releer alguno de sus libros. Sin embargo, encontré que ya no me eran tan placenteros como en el pasado. Tal vez ya no era el lector para el tipo de obra de Gallegos. No pretendo con ello devaluar su obra, simplemente en lo personal había derivado a otro tipo de literatura.

Sin embargo hay otros aspectos de Gallegos que admiré y admiro. En la Venezuela que le tocó vivir (la del gomecismo y post-gomecismo) aparejó su vida intelectual con su vida política: probablemente haya en su obra una forma incipiente de “literatura comprometida”: el reflejo de la lucha maniquea entre la civilización y lo salvaje.

Que un escritor de su talla se adentrara en la política en un país semibárbaro era más que justificable: era probablemente la única herramienta que una persona de su sensibilidad social podía acceder para reparar los entuertos de dictaduras y caudillismos. Esto lo llevó por distintos cargos públicos, y más adelante a la Presidencia de la República con un increible 80 % de los votos populares, directos y secretos...sólo para ser echado ignominiosamente de allí y de camino al exilio. Tuvieron que pasar 10 años, una dictadura militar y un nuevo derrocamiento, para que volviera a Venezuela.

Últimamente tengo la sensación que se ha querido borrar del mapa a Gallegos: Ni siquiera sus correligionarios lo mencionan como una fuente inspiradora de civilidad. Del lado del Gobierno, la cosa no puede ser peor: un Busto del escritor que se hallaba en el Palacio de Miraflores... fue sustituido por el de un ditactorzuelo: Cipriano Castro. Cualquier comentario al respecto sobra... (http://politica.eluniversal.com/2009/04/16/pol_art_busto-de-cipriano-ca_1349328.shtml

En estos tiempos difíciles invito a las nuevas generaciones a estudiar y redescubrir a Rómulo Gallegos. Su ejemplo, tanto en lo literario como el lo político, bien pueden ser de inspiración para lo grande.

martes, marzo 23, 2010

Orwell y LA REBELIÓN EN LA GRANJA


Todos los animales son iguales, pero algunos animales más iguales que otros.
George Orwell

A principio de la década de los cuarenta, el autor inglés George Orwell culmina su novela “ANIMAL FARM”, que conocemos en español con el título REBELIÓN EN LA GRANJA. Esta obra que hoy parece inofensiva, por los cambios políticos en de finales de los años ochenta y los noventa, en su momento fue muy polémica y tuvo sus dificultades para ser publicada. La URSS era un país aliado en la lucha frente a la Alemania gobernada por Hitler. Obviamente, los acontecimientos que tenían lugar en el relato de Orwell tenían un paralelismo nada casual con la historia reciente de la Revolución Rusa y la Unión Soviética, y publicar un libro de esta naturaleza podía generar conflictos entre esta e Inglaterra, y herir a la clase dirigente rusa.

En REBELIÓN EN LA GRANJA, los animales logran expulsar al explotador hombre, para luego constituir la primera organización gobernada exclusivamente por aquellos. Se declara que la granja pertenecía a quienes aportaban su trabajo. Se escriben los siete mandamientos por los cuales la comunidad debe regirse y los mismos se podía reducir a dos: “CUATRO PIES SÍ, DOS PIES NO”, es decir, alejarse de todas las perniciosas costumbres humanas.

El comienzo fue promisorio. Habría una mayor dignidad para los animales y la riqueza producida y que el hombre usufructuaba sin ningún derecho, ahora beneficiaría a los animales por igual. Sin embargo, desde los mismos inicios de la nueva administración, comienzan los actos de corrupción y aprovechamiento por quienes comenzaban a ser los líderes: los cerdos. Estos amparados en la casi nula memoria colectiva, no sólo incumplían los “Siete Mandamientos”, sino que en la medida que iban adoptando las aborrecidas costumbres humanas, también se modificaban los Mandamientos. Así por ejemplo, si la orden suprema era que ningún animal podía matar a otro, se agregó “sin causa justificada”, para que así los verdugos estuvieran exonerados de responsabilidad en las ejecuciones sumarias. O la prohibición de ingerir alcohol, fue atenuada al agregarse “en exceso”, luego que algunos privilegiados tomaron gusto por la bebida.

A pesar de la igualdad proclamada, los cerdos era quienes tomaban las decisiones, especialmente Napoleón y Snowball, quienes presentan algunos rasgos similares con Stalin y Trosky. Finalmente, todos ellos se convierten en la clase privilegiada, que pronto olvida las razones que motivaron la lucha contra su enemigo natural (el hombre), y lo que es peor, buscan imitarlo, hasta en el caminar erecto y en la explotación a sus “camaradas”, al punto que al resto de los animales se les hace imposible distinguir entre el hombre y el cerdo.

La intención de Orwell con esta novela era demostrar que detrás del afable antifaz que usaba la Unión Soviética (aparentes o reales logros en la agricultura, la educación, etc.) estaba el rostro monstruoso del totalitarismo, con sus ejecuciones en masa, las autoconfesiones y su propaganda embrutecedora. Denunciar todo ello, aún fuera de la propia URSS, en el período de la segunda guerra mundial era un abierto desafío a la autoridad, la cual ejercía presión y censura. Además, estaban los “rusófilos” y los que se abstenían de emitir cualquier opinión contraria a la URSS.

Orwell atacó fuertemente a estos dos últimos. Afirmaba el autor: “El servilismo con que la mayor parte de la intelligensia británica se ha tragado y repetido los tópicos de la propaganda rusa desde 1941 sería sorprendente si no fuera por el hecho de que no es nuevo y ha ocurrido en otras ocasiones...se han aceptado los puntos de vista soviéticos con un desprecio absoluto hacia la verdad histórica y la seriedad intelectual...”. También escribió: “...el mayor peligro para la libertad de expresión y de pensamiento no proviene de la intromisión directa del Ministerio de Información...Si los editores y los directores de los periódicos se esfuerzan en eludir ciertos temas no es por miedo a una denuncia: es porque le temen a la opinión pública”. (La libertad de Prensa. Prólogo de Orwell, en su obra REBELIÓN EN LA GRANJA. 6ta. ed. Barcelona: Destino, 1981)
Aunque los motivos que inspiraron a Orwell para este libro estuvieron vinculados a un proceso histórico determinado, la novela sigue teniendo un gran valor, porque además de presentar las características de una obra literaria sobresaliente, es también una alegoría sobre el comportamiento humano frente al poder, tanto para quienes lo detenten como para los subordinados. REBELIÓN EN LA GRANJA y 1984 nos muestran una pesadilla que probablemente la estemos viviendo sin darnos cuenta.

domingo, marzo 21, 2010

Truman Capote: "A Sangre Fría"


Lo extraño del crimen eran las víctimas: una familia ejemplar en un pequeño pueblo en Kansas. Dos delincuentes obtienen información en la carcel de que Mr. Herb Clutter, un próspero y respetado hombre de su comunidad, guarda una cantidad importante de dinero en una caja de seguridad en la casa. Allí llegan Perry Smith y Dick Hickock, a robar y a cometer unos asesinatos desproprorcionados, sanguinarios contra la joven Nancy, al chico Kenyon y a sus padres. A la postre tan solo terminaron llevándose alrededor de 50 dólares y un radio portatil. Nadie en la casa se salva. Esta historia sórdida se transforma en literatura en la novela "A Sangre Fría".

Cuando a Truman Capote, le llega la noticia de las muertes violentas de los Clutter, encuentra la oportunidad de escribir una obra con técnicas literarias, pero basada en un hecho cierto. Por tanto en principio, no se trata de una "Novela" en sentido estricto, pero pero si en su estructura.

"...quería realizar una novela periodística, algo a gran escala que tuviera la credibilidad de los hechos, la inmediatez del cine, la hondura y la libertad de la prosa, y la precisión de la poesía.
No fue hasta 1959 cuando algún misterioso instinto me orientó hacia el tema -un oscuro caso de asesinato en una apartada zona de Kansas- (...)", narraría Capote en "Música para Camaleones"

Capote llega al lugar de los hechos, hace entrevistas a los vecinos, a la policía y hasta a los mismos criminales. A tal punto el autor se obsesiona con el tema, que incluso traba amistad (¿íntima?) con uno de ellos (Perry Smith).

El libro tiene el atractivo de mantener atrapado a su lector la mayor parte del tiempo; tal vez con la excepción de las últimas 20 ó 30 páginas, en las que se evidencia que Capote sólo esperaba el desenlace final para culminar la novela. Capote sabe administrar la información y sus detalles para llevarnos al punto de querer conocer de boca de los asesinos sus motivos, por qué los Clutter, cómo los atrapan, quién mato a quién...

No fueron pocos los obstáculos que sorteó Capote en el proceso de investigación y elaboración del libro. Los hechos tuvieron lugar en 1959, pero la ejecución final de los criminales tuvo lugar en 1965, luego de recursos y apelaciones en distintas intsancias judiciales, todo lo cual conspiraba contra el final lógico que debía tener la novela: la ejecución de los asesinos.

Sin embargo, hay aspectos que parecen contradictorios en el relato: a través del libro logramos conocer más a Perry que a Dick, hasta pareciera que hay una cierta comprensión y simpatía por parte del autor, pero, por el propio testimonio de Perry, fue él quien mató a toda la familia. También Perry manifiesta que el evitó que Dick violara a Nancy...¿Para luego matarla brutalmente?, es decir, que la defiende de un acto perverso, para luego acabar con su vida. ¿Por qué Dick es sometido al mismo castigo-la pena de muerte-, a pesar de la confesión de Perry?. Son preguntas que probablemente se formuló el propio Capote, pero las dejó sin respuesta, tal vez para no dar una imagen más negativa de Perry. Cabe preguntarse entonces, ¿Es el relato de Capote objetivo, más allá del valor literario que se le pueda atribuir, o de manera deliverada manipula la información?.

De esta obra podemos también derivar otras discusiones que son pertinentes en los casos de crímenes violentos. ¿Se justifica la aplicación de la pena de muerte? ¿Es capaz de disuadir a otros de no cometer actos excesivos? ¿Es una forma de eliminar ciertos elementos que hacen daño a la sociedad?.

sábado, enero 02, 2010

El Futuro del Libro


Dos nuevos dispositivos electrónicos salieron al mercado, probablemente marcando el fin de una etapa del libro como lo conocemos: el “Reader” de SONY y el “Kindle” de AMAZON. Ambos son capaces de almacenar grandes cantidades de textos, en un formato que entiendo es fácil para leer y manipular, además de otras utilidades tecnológicas

Google por su parte está digitalizando libros por todo el mundo para creer una biblioteca universal, labor que ha desarrollado no sin ciertas dificultades y obstáculos, como en Francia, en donde un Tribunal le prohibe digitalizar libros y le ordena a pagar una cantidad en daños, por una demanda interpuesta por editores.

Por tanto el libro producido en serie, ese objeto que inició su masificación y revolucionó la cultura, mediante una imprenta de tipos móviles inventada por Gutenberg, está entrando a un nuevo formato que deja de lado el papel, aunque requiere un dispositivo tanto para almacenarlo como para leerlo.

El libro-e (libro electrónico) tiene sus ventajas. Algunas ya las mencionamos pero otra evidente es que los costos para generarlos y distribuirlos son mucho más bajos que para producir y distribuir un libro normal. No se requieren grandes cadenas de distribución, pues los consumidores (y los revendedores) pueden acceder a ellos de una manera más sencilla: a través de internet. Igualmente, el soporte para el libro-e permite una fácil reproducción y distribución.

Una guerra de precios basada en el libro-e fue desatada en 2009 por los gigante Wal-mart y Amazon en la venta en línea, quedando como víctimas distribuidores especializados de libros (Borders y Barnes and Noble). Las diferencias de precios entre los primeros y estos podía llegar a un 75%.

¿Desaparecerá el formato de libro con hojas de papel (o libro G, en honor a Gutenberg y por llamarlo de alguna manera) para dar cabida a esta versión electrónica?. Tal vez no, pero es obvio que siendo el libro-e de más económico desde todo punto de vista, el libro de papel pudiera quedar sólo como una reliquia o para un tipo de consumidor que esté dispuesto a pagar un precio muy alto por un producto que requiere una enorme cantidad de trabajo para llegar hasta su destinatario.

Ahora bien ¿es todo maravilloso con el libro-e?. No necesariamente. Si bien el formato digital es más económico y cuenta con obvias facilidades para su venta, almacenamiento y distribución, también facilita su reproducción y distribución por canales distintos a los autorizados, lo que a la larga generará problemas con los titulares de derechos de propiedad intelectual.

Pero del lado del lector también hay factores que considerar. Por ejemplo, en julio de 2009 los dueños del “Kindle” fueron sorprendidos cuando los libros del notable autor George Orwell almacenados en sus dispositivos... desaparecieron. Es decir, AMAZON los borró digitalmente, aún cuando los clientes los había comprado. Todo lo que recibieron a cambio fue el dinero que habían pagado. La razón para tal despojo fue que la empresa editorial se lo exigió, pues a su juicio la edición vendida no estaba autorizada.

Con este caso se pone en evidencia una situación importante, mientras que el libro-G lo podemos leer, releer, prestar, regalar, donar y hasta revender a nuestro antojo; con el libro-e se limitan esas posibilidades por varias razones. De acuerdo con las Leyes que Protegen la Propiedad Intelectual, la reproducción no autorizada de una obra protegida por el derecho de autor es un acto ílicito. Por tanto, si el dueño de un libro reproduce el libro, está actuando contra la ley y por tanto sujeto a las sanciones correspondientes. Además es muy probable que estos libros cuenten también con mecanismos que impidan realizar una copia.

Siendo los dispositivos para la lectura relativamente costosos, y que además sirven para almacenar toda una biblioteca, es difícil que lo prestemos a un tercero para que lea un libro. Un lector veloz probablemente pueda leer un libro en una semana, pero mientras tanto está privando al dueño del aparato de seguir usándolo.

Queda además el desagradable tema que quien vende el libro, se meta en nuestra biblioteca y nos quite el libro que nos vendió. (Lo más cercano a esta experiencia fue una vez que estaba comprando un libro de Juan Nuño, y el encargado de la librería me dijo “es que no lo he leído y no se cuando vienen otros ejemplares”. Pero el libro sigue en mi biblioteca y no recuerdo que esta persona haya tratado de entrar en mi casa para arrebatármelo). Es decir, invadir nuestra privacidad y nuestra elección. Me lo llevo y punto.

Un tema adicional en las relaciones personales: se hizo un estudio en Estados Unidos en el que se llegó a una triste (al menos para mí) conclusión: los lectores de libros-e son percibidos como personas exitosas y tiene más probabilidades de llegar a una relación sentimental sentimental basado en la posesión de este aparato, que el lector de un libro-G, que es visto como un solitario desadaptado.

La Carta desgraciada

  Esa carta desgraciada Pu ño y letra De mi amada Gualberto Ibarreto El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, decide ausent...