domingo, octubre 01, 2023

Jurassic Park (1993). Director: Steven Spielberg

 Cuando era niño, uno de mis juguetes preferidos vino como obsequio con una pasta dentífrica: Era un “triceratop” de plástico. No había para mí nada más fascinante que ese animal con tres cuernos. Ahí comenzó mi fascinación con los dinosaurios. Trataba de imaginar su tamaño, su fuerza, su imponencia. Comencé mi investigación sobre estos extintos seres y me topaba con distintas teorías, que si por el peso, la mayoría pasaba con el cuerpo bajo el agua, que si tenían el cerebro muy pequeño y no podían ser criaturas muy inteligentes, etc.

Pero igual, la posibilidad que existiera un animal tan masivo, que hiciera que un ser humano se viera como un pequeño roedor insignificante, ya era fascinante.

La representación que a veces se veía en el cine de los dinosaurios era pobre y poco convincente, hasta que Steven Spielberg llegó con su “Parque Jurásico”.

La película se exhibió en 1993 y logró que el público general se interesara por unos animales de los que solo tenemos prueba de existencia por restos fosilizados, pero que ahora con la magia del cine y las computadoras, tienen presencia ante nuestros sentidos: como lucían, como se comportaban, los sonidos que emitían…

Ese logro de traer los dinosaurios al presente forma parte de la satisfacción de una faceta del ser humano: la necesidad de entretenimiento. Y la ciencia puesta la orden de ese fin hedonista.

Como ocurre con cualquier aventura humana, por más que pensemos que podemos controlar todas las variables, siempre surge algún inesperado evento, bien sea por caprichos de la naturaleza o por las propias limitaciones de las capacidades humanas. 

Y sobre esto se abre el debate entre los intereses meramente crematísticos y la razón. Los científicos, Dres. Alan Grant (Sam Neil), Ellie Sattler (Laura Dern) y Ian Malcolm (Jeff Goldblum) lejos de sentirse estupefactos por el avance de la ciencia, discuten los temas éticos del proyecto. Por su lado, el abogado chupasangre (Martin Ferrero), que iba a cuidar los intereses de los inversionistas, solo piensa en el dinero que se hará cobrando miles de dólares por entrada.

Lo que parecía ser una simple vuelta al parque como demostración de sus bondades con fines de entretenimiento, se transforma en el caos que anticipan los científicos. Pero es en este punto que los personajes comienzan a cambiar y evolucionar para hacer que la historia narrada tenga más trascendencia y no sea un simple producto comercial para las masas.

Obviamente “Parque Jurásico” es una película de entretenimiento, que busca a un espectador que la vea completa y la recomiende. Pero no por eso está hecha solo para un público frívolo que solo busca circo.

Por un lado, vemos a un venal y acomplejado Dennis Nedry (Wayne Knight), quien tiene un delicado puesto en la ciberseguridad del parque, se siente menospreciado y subpagado, y solo ambiciona dinero para conseguirlo es capaz de lograrlo incluso al precio de una felonía peligrosa y de su propia vida, sin importar que ello cueste la vida de inocentes.

La cabeza de este proyecto es el Dr. John Hammond (Richard Attenborough), quien resulta un personaje contradictorio: por un lado, es un gran filántropo, que dona dinero a proyectos como los de los Dres. Grant and Sattler, un dulce abuelo que ama a sus nietos (aunque los expone a un peligro innecesario en esa primera vuelta al parque) pero alguien también megalómano que quiere el más inverosímil parque en la historia, pero que no ve las consecuencias de tener a alguien tan importante en el Parque como en el caso de Dennis Nedry, quien maneja una parte neurálgica, nada menos que la barrera de protección entre los futuros espectadores y algunos de los más peligrosos dinosaurios.

Pero también, los científicos, ante los peligros que se desatan en esa primera vuelta que termina mal, se transforman en inesperados héroes, especialmente la Dra. Sattler, quien le corresponde jugarse la vida ante los implacables velociraptores.  

Parque Jurásico es una gran película porque desde el principio sabemos cómo terminará. Las fallas humanas que acompañarán al proyecto de Hammond son reveladas de inmediato. La maestría está en contarnos la historia desde ahí, engancharnos desde ese primer momento, porque ya sabemos que no nos mostrarán un parque de entretenimiento plagado de felicidad estilo Disney, sino que el caos y la catástrofe se terminarán imponiendo. Otro elemento que nos va enganchando es ir posponiendo el encuentro con las criaturas del pasado. Si bien el primer la escena con los braquiosaurios ya no se ve tan imponente en la pantalla, las siguientes con el T-Rex y con los velociraptors aun mantienen vigencia y atractivo. Y para mi gusto, la escena cuando el T-Rex se convierte en otro insospechado héroe es tal vez la cúspide de la aventura. 


Jesus López Cegarra

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