Para mi amiga Kiki
Revisaba el catálogo de películas de un canal de streaming que las ofrece “gratuitamente” (la publicidad es el castigo a la gratuidad) y encontré “La sociedad de los poetas muertos”.
Creo que “La Sociedad…” tuvo en su momento una gran recepción en los jóvenes, porque combinaba elementos que pueden impactar positivamente en la mente de estudiantes que ven el sistema educativo gris y carente de imaginación, y un profesor (Williams) llega para enseñarle a sus alumnos que la poesía en más que un tema de métrica o un producto que puede ser representado en una fría gráfica, es algo vivo, es el pensamiento y la vida transformados en algo hermoso, en una obra de arte, y que interiorizada y asumida, puede tener la fuerza sonora de una sinfonía de Beethoven.
Cuando vi por primera vez, me llegó, entendí su mensaje, entendí la pasión por la vida que John Keating (el profesor interpretado por Williams) quería transmitir a sus estudiantes. La vida es solo un instante y debemos aprovechar y apreciar cada momento que se presenta, y que el arte, como expresión de la belleza humana, sea una guía conductora en ese tránsito terrenal.
Han pasado muchos años desde que esa primera aproximación a "La Sociedad...". He contemplado la oportunidad de volver a ella, pero por alguna razón abandono el proyecto: ya su propuesta no tiene el mismo impacto, y las inquietudes juveniles de esos estudiantes ya no son para mí una preocupación. Las dificultades y dudas existenciales de un adolescente ya parecen casi infantiles con el paso del tiempo. Así que una vez más, decidí no ver la película y más bien atesorar los sentimientos que las imágenes y diálogos me inspiraron alguna vez.
Curiosamente, el director de la película es Peter Weir, quien más tarde dirigió una gran obra: “The Truman Show” (un contubernio entre 1984 y el show business hollywoodense), y sería protagonizada por Jim Carrey.
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