I.
Identificando quién es quién.
En este conflicto venezolano que se puede
remontar a 1999, otros a 1992 y hasta 1983, dependiendo de las circunstancias
que envuelven a cada uno de esos años, son muchos y complejos los factores que
habría que considerar para tratar de llegar a una solución más o menos
aceptable por las partes en conflicto.
Aunque parezca ocioso, hay que definir quiénes
son esas partes. En principio podemos entender que por un lado está eso que
llaman “Chavismo”, un movimiento político (y sus seguidores), sin una ideología
definida ni estructurada, que se dice de izquierda, aunque con elementos de
otras corrientes, incluyendo el fascismo.
El líder de eso que llamamos “chavismo” es el
fallecido teniente coronel Hugo Chávez. Si bien Chávez reivindicaba como
fundamento teórico de su movimiento las ideas de Simón Bolívar, Simón Rodríguez
y Ezequiel Zamora, igual le fue añadiendo parches de otros pensamientos, sin
ningún orden ni armonía. El propio Chávez acudía también al marxismo (a un
marxismo digerido, porque el propio Chávez decía no haber leído a Marx) y hasta
hizo suya la llamada “Tercera vía”. Después de la muerte de Chávez, la sucesión
recayó sobre un personaje oscuro, desconocido, sin mucha formación, de quien
siquiera se tiene certeza de su nacionalidad y cuya única carta de presentación
es haber sido guardaespaldas y adlátere de Chávez: Nicolás Maduro.
A esto hay que agregarle la cúpula
político-civil-militar que han gobernado durante este tiempo con el apoyo
importante de las Fuerzas Armadas. En Venezuela, la experiencia lo ha
demostrado, lo gobiernos se sostienen en gran medida si las FFAA le
proporcionan apoyo.
Del otro lado estamos quienes nos oponemos a
este modelo demostradamente fallido que ha llevado a Venezuela a un atraso
económico y social no visto en los últimos. De este lado no hay una ideología o
un fin claro en cuanto a lo que queremos. Por ahora lo que da cierta unidad a
esa masa que pasa del 80 % de país, es que sabemos que Nicolás Maduro es un
gobernante mediocre y vesánico. Pero cada sector tiene un interés particular.
Los de la clase media son distintos a los de las clases populares.
Adicionalmente hay un divorcio entre la clase política de oposición y los demás
miembros de la sociedad. La percepción es que cada “líder” tiene su “agenda”
por lo que cada cual actúa para favorecer sus intereses.
Pero en este drama no estamos solos. La
“Comunidad Internacional” ha jugado y juega un papel de relevancia en lo que ha
sucedido y sucede en Venezuela. Primero cuando se desentendieron de las claras
manifestaciones de autoritarismo e irrespeto del Estado de Derecho. El dinero
de los petrodólares funcionó (y aún funciona como reflejo condicionado) para
darle apoyo al gobierno de Venezuela en el contexto mundial. Chávez buscó
también apoyo de países que adversaban en primera instancia a los Estados
Unidos, pero que en la intimidad están reñidos con los valores de la libertad.
Se hizo amigo de déspotas y tiranos que compartían su visión y su ambición de
poder.
Al apreciar estos elementos de la realidad se
entiende en cierta medida las dimensiones del drama por el que atraviesa
Venezuela desde hace años. Sin embargo, es necesario hacer una anatomía
completa de estos factores para intentar dar una salida que no sea la desintegración
del país o una guerra civil.
Jesus Lopez Cegarra
No hay comentarios:
Publicar un comentario