sábado, enero 21, 2017

La novela de la adversidad



(I)

¿Se escribirá algún día la “gran novela del chavismo”?, o visto desde otra perspectiva ¿Valdrá la pena escribirla, tendrá algún tipo de trascendencia el tema? Contestar esta pregunta en uno u otro sentido puede ser una apuesta arriesgada. Tal vez no se ha empezado a escribir, probablemente no existe la mente brillante que lo pueda ejecutar o no se haga nunca. Pero al menos un autor venezolano, Alberto Barrera Tyzska lo ha intentado y al menos, esa aproximación, ese “ensayo” tiene su mérito.

(II)

Para cualquier venezolano, que viva, haya vivido o escapado la historia de Venezuela que comenzó en 1998, (o quizás en 1992, o tal vez mucho antes, 1958, 1945, 1935... desde donde queramos comenzar a entender este infierno) y que se ha prolongado hasta el presente, es posible identificarse o al menos entender e identificarse con la trama de la novela “Patria o Muerte” de Alberto Barrera Tyzska. Cada escritor es perseguido por los fantasmas y personajes que luego transfiere a las páginas de la obra y Barrera lo hace como una manera de esa búsqueda de la comprensión de la realidad actual de Venezuela.

Leí el libro en unos pocos días. Las pausas que daba eran solo para darle salida a tanta saturación de la realidad venezolana. Si se vive en esta “casa de locos” que llamamos Venezuela es casi nulo el efecto sorpresa en lo que Barrera narra:la violencia, la muerte y el desconcierto que gira alrededor de un país y del personaje que la dominó en los últimos tres lustros: El teniente-coronel Hugo Chávez y más aun, sobre la incógnita y especulación alrededor de su enfermedad y muerte.

(III)

El problema de eso que ahora llamamos “Chavismo” es que no se trata de una ideología. Chávez no era un intelectual, como lo quisieron hacer ver sectores interesados luego del intento de golpe de estado en 1992 (y si hay alguna duda, revisen un libro que se llama “Una Banda Tricolor”, un texto plagado del más burdo patrioterismo y de lugares comunes que parece escrito por un adolescente sin formación), sino más bien un tipo que probablemente tuvo buenas intenciones (“La intención no basta” se dice en ocasiones con severidad para atacar los malos resultados de las buenas intenciones), que tuvo una oportunidad irrepetible en cuanto a apoyo y oportunidades para construir una nación próspera y laboriosa, pero que con el tiempo viró su visión y decidió construir un andamiaje que diera sostén a sus aspiraciones de mantenerse indefinidamente en el poder...pero que para su infortunio la muerte lo alcanzó en la cumbre de su proyecto, solo para heredarle su legado al más despistado de los miembros de su círculo íntimo.

(IV)

No me gustó la novela de Barrera. Entre otras cosas, me molesta que usara una forma literaria como panfleto publicitario para promocionar los libros de alguno de sus “panas” (amigos en Venezuela). Cualquier lector avisado se da cuenta de ese detalle. Eso ya de por sí descalifica cualquier propuesta de ficción. Pero también hay una carencia que toda buena ficción debe tener y es la credibilidad: Una buena ficción es capaz de hacernos creer aun lo que por sentido común sabemos que es imposible: Un hombre que se transforma en bicho o una mujer que tomando unas sábanas se eleva por los cielos. Aunque Barrera toma la cotidianidad venezolana como insumo, hay ciertos momentos en que la “realidad literaria” se ve demasiado forzada y se torna inaceptable o poco creíble para cualquier lector serio.


(V)

Además, leer la novela de Barrera y leer El Nacional” de los últimos 15 años no resulta distinto. Muerte, violencia, injusticia, desgobierno, desazón, incertidumbre, caos, desesperanza, chisme, información-desinformación, populismo, corrupción, patrioterismo, zozobra, mafia, gansters. Entre lo que narra Barrera y lo cotidiano no hay mayor diferencia. No agregó el elemento hedonista que una buena ficción )por más horrible que se a el tema) nos cuente. El único sentimiento que surge de la lectura (y que una simple visión de lo que nos rodea igual puede sugerir de la misma manera y hasta intensidad) es que estamos Venezuela está sumergida en la más putrefacta cloaca...y la esperanza de salir es casi nula. El chavismo logró degenerar al país de norte a sur, de arriba a abajo, de este a oeste, o sea, en cualquier dirección y sentido que recorramos. 

Jesús López Cegarra

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