(I)
¿Se escribirá algún día la “gran
novela del chavismo”?, o visto desde otra perspectiva ¿Valdrá la
pena escribirla, tendrá algún tipo de trascendencia el tema?
Contestar esta pregunta en uno u otro sentido puede ser una apuesta
arriesgada. Tal vez no se ha empezado a escribir, probablemente no
existe la mente brillante que lo pueda ejecutar o no se haga nunca.
Pero al menos un autor venezolano, Alberto Barrera Tyzska lo ha
intentado y al menos, esa aproximación, ese “ensayo” tiene su
mérito.
(II)
Para cualquier venezolano, que viva,
haya vivido o escapado la historia de Venezuela que comenzó en 1998,
(o quizás en 1992, o tal vez mucho antes, 1958, 1945, 1935... desde
donde queramos comenzar a entender este infierno) y que se ha
prolongado hasta el presente, es posible identificarse o al menos
entender e identificarse con la trama de la novela “Patria o
Muerte” de Alberto Barrera Tyzska. Cada escritor es perseguido por
los fantasmas y personajes que luego transfiere a las páginas de la
obra y Barrera lo hace como una manera de esa búsqueda de la
comprensión de la realidad actual de Venezuela.
Leí el libro en unos pocos días. Las
pausas que daba eran solo para darle salida a tanta saturación de la
realidad venezolana. Si se vive en esta “casa de locos” que
llamamos Venezuela es casi nulo el efecto sorpresa en lo que
Barrera narra:la violencia, la muerte y el desconcierto que gira
alrededor de un país y del personaje que la dominó en los últimos
tres lustros: El teniente-coronel Hugo Chávez y más aun, sobre la
incógnita y especulación alrededor de su enfermedad y muerte.
(III)
El problema de eso que ahora llamamos
“Chavismo” es que no se trata de una ideología. Chávez no era
un intelectual, como lo quisieron hacer ver sectores interesados
luego del intento de golpe de estado en 1992 (y si hay alguna duda,
revisen un libro que se llama “Una Banda Tricolor”, un texto
plagado del más burdo patrioterismo y de lugares comunes que parece
escrito por un adolescente sin formación), sino más bien un tipo
que probablemente tuvo buenas intenciones (“La intención no basta”
se dice en ocasiones con severidad para atacar los malos resultados
de las buenas intenciones), que tuvo una oportunidad irrepetible en
cuanto a apoyo y oportunidades para construir una nación próspera y
laboriosa, pero que con el tiempo viró su visión y decidió
construir un andamiaje que diera sostén a sus aspiraciones de
mantenerse indefinidamente en el poder...pero que para su infortunio
la muerte lo alcanzó en la cumbre de su proyecto, solo para
heredarle su legado al más despistado de los miembros de su círculo
íntimo.
(IV)
No me gustó la novela de Barrera.
Entre otras cosas, me molesta que usara una forma literaria como
panfleto publicitario para promocionar los libros de alguno de sus
“panas” (amigos en Venezuela). Cualquier lector avisado se da
cuenta de ese detalle. Eso ya de por sí descalifica cualquier
propuesta de ficción. Pero también hay una carencia que toda buena
ficción debe tener y es la credibilidad: Una buena ficción es capaz
de hacernos creer aun lo que por sentido común sabemos que es
imposible: Un hombre que se transforma en bicho o una mujer que
tomando unas sábanas se eleva por los cielos. Aunque Barrera toma la
cotidianidad venezolana como insumo, hay ciertos momentos en que la
“realidad literaria” se ve demasiado forzada y se torna
inaceptable o poco creíble para cualquier lector serio.
(V)
Además, leer la novela de Barrera y
leer “El Nacional” de los últimos 15 años
no resulta distinto. Muerte, violencia, injusticia, desgobierno,
desazón, incertidumbre, caos, desesperanza, chisme,
información-desinformación, populismo, corrupción, patrioterismo,
zozobra, mafia, gansters. Entre lo que narra Barrera y lo cotidiano
no hay mayor diferencia. No agregó el elemento hedonista que una
buena ficción )por más horrible que se a el tema) nos cuente. El
único sentimiento que surge de la lectura (y que una simple visión
de lo que nos rodea igual puede sugerir de la misma manera y hasta
intensidad) es que estamos Venezuela está sumergida en la más
putrefacta cloaca...y la esperanza de salir es casi nula. El chavismo
logró degenerar al país de norte a sur, de arriba a abajo, de este
a oeste, o sea, en cualquier dirección y sentido que recorramos.
Jesús López Cegarra
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