jueves, marzo 12, 2015

El Hijo de la Panadera- Francisco de Miranda



I.

Inés Quintero, historiadora venezolana, plantea una nueva visión profundamente documentada y objetiva de Francisco de Miranda, en su libro “EL HIJO DE LA PANADERA”. Lo primero que atrae del libro es la soltura con que está escrito. Es diáfano, entretenido, y a la vez argumentado sobre los temas que son de interés para conocer al hombre y sus circunstancias. Miranda es sin duda uno de los personajes más complejos nacidos en América, fue a su vez un hombre universal, pero a su vez empecinado y obsesionado con la emancipación de las Colonias españolas.

El ensayo sobre Miranda se inicia con un acontecimiento que le debió haberle marcado profundamente marcado: la querella que un grupo de blancos criollos poderosos de Caracas inician contra el padre de Miranda, por basada en que Sebastián Miranda no debía hacer uso de ciertos privilegios que solo estaban destinados a quienes eran “… las primeras esferas de la ciudad y descendientes de sus más ilustres pobladores”, y no un “(…) individuo de inferior calidad (…) que ejercía el oficio de mercader (…) y estaba casado con una panadera.” . La decisión final de este juicio fue favorable a Miranda, pero seguramente le dio señales inequívocas a Francisco que en ese mundo era casi imposible desarrollar sus potencialidades. Poco tiempo de concluido el juicio, se iría de Venezuela a acometer una de los periplos más intensos e interesantes hechos por hombre moderno alguno, no solo por los lugares que visitó, sino por las personas con quienes se relacionó y con las que pudo trabar amistad. Dejo a los lectores  del libro que descubran quienes fueron.

II.

De la lectura de la obra de Quintero, podemos apreciar varias  características importantes resaltan de la personalidad de Miranda. Una, que era un gran seductor, no solo con respecto al sexo femenino (faceta que la autora le dedica algunas páginas), sino también con sus ideas y sus visiones, al punto que en no pocas personas se vieron atraídas por la empresa que Miranda estaba preparando para la América española, y estaban dispuestas a financiarla, pero igualmente era un histrión, lo que seguramente le granjeó no pocos adversarios. Por razones que son difíciles de entender, siempre estuvo rodeado de la polémica y hasta misterio. No era raro que se le considerara espía o agente de algún gobierno.

También era un hombre de ideas, y las iba registrando su pensamiento y sus planes, que dan cuenta de su vida en diversos aspectos, parte de lo cual correspondía con los planes de independencia que exponía, literalmente hasta el cansancio, a las autoridades de Francia, Estado Unidos y Gran Bretaña, pero sus planes y visiones eran quijotescas: Insistía y hasta aportaba pruebas de que en las colonias americana, bastaba el menor impulso para que se sublevaran contra el Imperio español. Sin embargo, su primera incursión en tierra venezolana en 1806 para otorgar esa ansiada libertad, terminó en el más ruidoso fracaso y casi en su ruina económica. Sin embargo, ese incidente no logró apagar sus deseos.

III.

El momento de Miranda pareció llegar en 1810, con Napoleón Bonaparte conquistando Europa y la influencia que ello tuvo en España y en la América Española y así lo pareció prever el “Precursor”. Con los acontecimientos del 19 de abril, y la visita de una delegación enviada a Londres formada por Simón Bolívar, Andrés Bello y Luis López Méndez enviada a propósito de informar a las autoridades venezolanas sobre lo que acontecía en América. Miranda entiende que la hora ha llegado y se embarca rumbo a su natal Caracas. Fue recibido con homenajes y tomó parte en las deliberaciones que desembocaron en la declaración de Independencia del 5 de julio de 1811. Pero la preciada libertad no era querida ni deseada por todos. Algunas provincias venezolanas se rebelan contra los designios de Caracas, y corresponde a Miranda someter a los alzados. Pero sus acciones y decisiones para lograr tal fin son objetadas y cuestionadas por un sector de los independentistas, lo que seguramente causaba molestias en Miranda.

Miranda vivía entre intrigas, sospechas y al mando de un ejército poco formado y con poca o nada formación en la disciplina militar, sin olvidar que los algunos mantuanos le tenían desconfianza. Mientras tanto, el ejército realista avanzaba sin obstáculos y conquistando plazas importantes. En medio de este desbarajuste, cae Puerto Cabello, a manos de un también inexperto Simón Bolívar, lo que fue sin duda el principio del fin. Tal pérdida es tan importante, y Bolívar está tan consciente de ello, que así se la hace saber a Miranda por correspondencia. El estado de ánimo del futuro Libertador era desolador

Con reticencia, le entregan a Miranda poderes absolutos y extraordinarios para tratar de solventar la difícil situación. Sin embargo es poco lo que puede hacer, todos los esfuerzos por mantener ese ensayo republicano son infructuosos. Miranda aprende de una manera dura que no había deseo de libertad como él lo creyó fervientemente por muchos años, por lo que le corresponden dos tareas difíciles: justificar la capitulación para salvar lo poco que quedaba (la alternativa a eso era una potencial y devastadora guerra civil) y capitular. El ejército realista estaba en una posición ventajosa, por lo que era poco lo que podía conseguirse a favor de los republicanos.

La capitulación no fue bien vista y le generó a Miranda críticas severas. Miranda prepara sus cosas para irse del país, incluyendo “(…) una importante suma de dinero perteneciente a las arcas de la República (…)”. En La Guaira es juzgado por un grupo de republicanos contrarios a la capitulación, entre los que se encontraba Simón Bolívar, quien “(…) propuso fusilarlo por traición (…)”. Sin embargo lo toman prisionero y lo entregan a las autoridades realistas. Nos cuenta Quintero que “Pocos días después de este hecho, Simón Bolívar obtuvo pasaporta para salir de Venezuela (…)”. El episodio de la  capitulación y la entrega de Miranda a los realistas es sin duda uno de los más controversiales de nuestra historia, pues se puede entender que las pasiones, la desconfianza mutua entre un sector de los republicanos y Miranda privaron sobre la razón y sobre los hechos, más aun si interpretamos que era poco lo que se podía lograr si se continuaba la lucha. La autora por su parte, igual analiza los hechos y nos da su visón al respecto.

El libro de Quintero contribuye de manera especial a entender a este singular e importante hombre de la historia universal.

 Jesús López Cegarra

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