miércoles, junio 29, 2011

¿De qué lado está la ilegalidad? Cárceles en Venezuela


Desde que comenzaron los terribles sucesos de la cárcel “El Rodeo”, ubicado en las afueras de Caracas, me surgen varias reflexiones sobre lo que allí sucede. Lo primero que viene a la mente es ¿Qué clase de criminales son estos, que se imponen sobre sus compañeros, los someten, les cobran por un espacio para dormir, por seguridad, que además son dueños de una temeridad que raya en la locura, pues son capaces de enfrentarse al ejército de un país y resistir por varios días?.
Sin duda, siguiendo este orden de pensamiento, son unos seres peligrosos, que no sienten respeto por la Ley, los derechos de los demás y les importa nada la sociedad y la convivencia pacífica. Además, por lo que explican las propias autoridades, estas personas (que se hacen llamar “Pran”, acrónimo para “Preso, Rematado, asesino Nato”) están fuertemente armadas (armas de guerra, incluso), y lo que es más alarmante, muchos de los crímenes que aquejan a los venezolanos... se planifican desde esas instalaciones, utilizando internet, computadoras, teléfonos inteligentes, es decir, se valen de la protección de la cárcel y de la tecnología para seguir delinquiendo.
Entonces, es claro que los Pranes son unos forajidos, que merecen el peso pleno de la Ley...
No obstante, dentro de la maraña mediática alimentada por la polarización en Venezuela, existen una serie de aspectos que desentrañamos y que no pueden ser descartados. Lo primero es ¿Armas de Guerra?, como llegan Armas de Guerra a criminales que están pagando pena por sus faltas a la sociedad. ¿Cómo es que desde ahí organizan crímenes?, ¿Cómo es que cuentan con privilegios tecnológicos vedados para la mayoría que está fuera de esos espacios?
A estas preguntas, hay que agregar otras ¿Por qué viven 4000 almas en un espacio hecho para apenas 700? No hacen falta sociólogos, criminólogos o Abogados penalistas para entender que, si bien del lado de los presos hay actuaciones que violan la Ley y merece el repudio general; no es menos patente que de parte de las instituciones del Estado existe también un grado peligroso de, como llamarlo… ilegalidad… pues es el Estado, quien actúa al margen del ordenamiento jurídico, dejando por su cuenta y riesgo a quienes, juzgados por delitos, se supone que expiaran su culpa en esos lugares abandonados por Dios y por el hombre. Ya sabemos que estos antros no sirven sino para la más terrible degradación de quienes allí entran y en cuyo entorno los condenados casi que no tienen otra opción que convertirse en peligrosos y desalmados antisociales.
El problema carcelario (y la insensibilidad de la sociedad hacia el tema) no es nuevo. Ya en el pasado se sabía de hacinamiento, violación de derechos, presos que se defendían (o atacaban, según el caso) con “chuzos”… De hecho, por muchos años el infame “Retén de Catia” fue considerado el receptáculo del mal, a tal punto que el gobierno de entonces decidió su demolición, en lo que se anunciaba como nuevos tiempos en la política carcelaria. No obstante, el problema ya crítico devino en algo más cruento e inaceptable.
De esta crisis no puede venir sino una seria reflexión sobre el tema penitenciario. La sociedad en su totalidad no puede estar al margen de las discusiones para encontrar políticas que ayuden a la prevención, que se humanicen las cárceles, que se administre la justicia de manera recta y sin demoras injustificadas.

viernes, junio 10, 2011

Vargas Llosa y las Elecciones en Perú


Apenas han pasados unos días desde la elección presidencial en Perú. Fue una carrera reñida, en la cual el señor Ollanta Humala salió victorioso, entre otras cosas, por el apoyo decidido del señor Mario Vargas Llosa y su prole.

Según el Marqués Vargas, fue una victoria contra el facismo, que a su entender, representaba la Señora Keiko Fujimori, hija del ex-presidente Fujimori.

Vargas Llosa le atribuía a la señora Keiko maldades que eran imputables a su padre (golpe de estado, corrupción, irrespeto a la democracia y a las Instituciones). Comete Vargas un error imperdonable y que va en contra de la esencia y la individualidad de cada ser humano: Aseverar que Keiko, al ser hija de Alberto, debe pensar igual que este y dará un golpe de Estado y hará desmanes.

Por su parte Humala y su hermano tienen su prontuario: golpes de estado, muerte de policías, racismo, dinero recibido del señor Chávez como ayuda a su campaña...

Se especula que Alvarito Vargas será Embajador del Perú en España, una pequeña recompensa por un inmenso favor. Mario, por su parte pide que Fujimori padre vaya a una celda común.

Espero siceramente que el Marqués (y el pueblo pueruano, al menos un 51% de él) no se hayan equivocado. Que Humala hay hecho un serio acto de contricción, que haya dejado atrás la doctrina del "Etnocacerismo".

Por cierto que esta doctrina reivindica al no bien recordado gobierno de Velasco Alvarado, así como las nacionalizaciones de las industrias. Suponemos que el Marqués conoce estos antecedentes...

jueves, junio 09, 2011

ROCK, LEYENDAS Y RECUERDOS: Vida de Keith Richards


¿Qué más se puede decir de Keith Richards? Es uno de esas personas que han estado presente en la escena durante más de medio siglo. Miles de páginas se han escrito sobre su vida, sus excesos, su música, su permanencia en una banda (¿hay que decir que son los Rolling Stones?) de cuyos integrante se dice con sorna que son los “abuelos” del Rock: una especie de descalificación, porque el rockanroll es energía, juventud, rebeldía, inconformismo... cualidades que generalmente no atribuimos a un septuagenario...

De Richards además abundan leyendas, algunas de vieja data, pero otras de reciente aparición, como la que se encaramó (con sus casi setenta años) a un cocotero cayó de cabeza, parecía que iba a morir... pero el viejo gato de nueve vidas sobrevive y sigue dando conciertos... o esa que mezcló las cenizas de su padre con cocaína y las aspiró (hay algo de cierto… como en toda leyenda)... Hay una que cuando la recuerdo me desternillo de la risa: Periódicas transfusiones de sangre que se practica en Suiza para limpiar el cuerpo de las drogas consumidas y poder continuar como si nada.

Sus excesos no son un secreto, algunos están registrados en cámara: en internet se puede ver el documental “Cocksucker Blues”. Allí hay bastante para comentar... Pero tampoco es que el guitarrista haya negado su pasado... ha sido bastante explícito y abierto con lo que efectivamente ha sido de su vida... También ha querido aclarar todo aquello que es falso, con resultados escasos, porque la leyenda se impone.

Para mayor abundancia, Richards publicó una autobiografía.

“Life” (o “Vida”) va dando cuenta de muchos de los elementos que queremos conocer Richards, como artista y como ser humano: Su infancia, sus influencias musicales, sus primeros pasos en la música, cómo fue conociendo cada uno de los miembros, especialmente a Mick Jagger, con quien ha construido una relación profesional y artistica que, pese a parecer un matrimonio bien avenido, parece más un “matrimonio por conveniencia”. Y a decir del mismo Richards, el desencuentro comenzó hace 40 años porque... Jagger se acostó con la esposa de Richards, (la hermosa y sensual Anita Pallenberg) en la casa de estos, en el fragor de la producción de las canciones que luego integrarían “Exile on Main Street”. Es bueno aclarar que Anita era la mujer de Brian Jones (fundador de los Rolling Stones, expulsado luego por “problemas con drogas” y muerto prematuramente a los 27 años) a quien se la arrebató. Richards (¿por venganza?) se acostó con Marianne Faithfull, quien era mujer de Jagger.

La relación con Brian Jones fue una etapa difícil. Por lo que cuenta Richards, era un hombre acomplejado, que se creía (con razón o sin ella) el líder de los Stones y así lo hacía ver frente a productores, disqueras. Era de carácter difícil y problemático. Jones era talentoso, tocaba una variedad de instrumentos…pero el dúo compositor Jagger/Richards se convirtió en parte importante de la esencia del grupo... Además que los problemas de Jones con la justicia relacionados con la droga casi hace que los Stones desaparecieran... (Aunque los propios desmanes de Richards también colocaron en situación terminal a la banda).

Un hecho curioso: la mayoría la las canciones realmente reconocibles de los Stones son aquellas en las que Brian era aún parte de la banda

Richards nos cuenta mucho sobre el proceso creativo, sobre la búsqueda de un sonido propio, los músicos que lo marcaron. Sus adicciones y su lucha para librarse de las drogas… Su relación con Mick, que en apariencia cordial, pero llena de desencuentros. Los motes de “Brenda” y “Her Majestic” que Richards le endilga a Jagger, no son precisamente de cariño.

El libro es capaz de arrancar unas cuantas carcajadas, pero también es muy humano, especialmente en los temas personales de Richards. No pretende ser una apología, ni quiere pedir disculpas por nada… Simplemente quiere contar su vida como la recuerda.

domingo, mayo 01, 2011

Pronto desaparecerá la máquina de escribir


Leo en el periódico la última fábrica máquina que sobrevivía cierra sus puertas. Es una noticia aparentemente triste. Probablemente gran parte de las obras maestras literarias del siglo XX salieron a la vida a través de este instrumento.

La máquina de escribir, para un ciudadano del siglo XXI, puede ser apreciada como una de esas rudimentarias hachas del hombre de la prehistoria. Pero para una persona de mi edad, nacido a mediados de la década de los sesenta del cada vez más lejano siglo XX, la máquina de escribir era un instrumento relativamente moderno. De hecho en mis padres, en algún momento compraron una “eléctrica”, que además de la facilidad para escribir relativamente más rápido que las tradicionales (sus teclas apenas necesitaban ser presionadas para que marcaran el carácter solicitado) tenían una cinta adicional para borrar los errores. Mis amigos iban a mi casa para ver esa maravilla tecnológica trabajando. Eso fue a comienzos de los años 80.

Y durante ese tiempo, mi padre, que era un aficionado la modernidad representada las computadoras (era de las pocas personas que durante los años 60, 70 y 80 creaban programas… en tarjetas perforadas…), se compró una de las primeras PC disponibles en el planeta. Era una maravilla tecnológica… que tenía una capacidad de memoria risible para los estándares modernos.

Con el tiempo se llegó la transición a las computadoras. Yo, y varios de mis amigos con veleidades literarias, casi juramos mantenernos fieles a la “forma” como se debía escribir: con una máquina de escribir y con corrector “Typex”… No obstante, la modernidad, de manera inexorable, nos fue acorralando para que cada quien tuviera en su casa, su propia PC.

Por tanto la máquina de escribir se fue convirtiendo en un objeto obsoleto. Si bien, en los tiempos AC (antes de la computadora) eran una forma rápida y ágil para escribir, tenían un defecto que la computadora logró superar: los errores no se podían corregir sin afectar el documento final. Con las máquinas de escribir, un error era (y sigue siendo) costoso, especialmente frente a la Administración Pública: esta podía decidir de manera unilateral, que la corrección de un documento era un pecado imperdonable y por tanto objeto de ser inadmisible y sin valor jurídico. “Sin tachaduras ni enmendaduras” es el lema que debería figurar en las enseñas patrias.

No obstante ¿Es cierto que las máquinas de escribir desaparecieron y fueron sustituidas por las ubicuas y perversas computadoras?

Probablemente, esas máquinas de escribir estaban no estaban condenadas a morir... sino a evolucionar. La “evolución” les llegó en forma de una “súper máquina de escribir” representada por las PC: más rápidas, con más memoria, con funciones inimaginables para un artilugio que a la luz de hoy, luce primitivo.

Es curioso, pero las PC del siglo XXI mantienen un rasgo que representa una traza inconfundible: el teclado QWERTY.

Ese teclado era una novedad… a finales del siglo XIX: permitía escribir a dos manos y con menos probabilidad que los martillos que presionaban la cinta entintada que marcaba en la hoja se enredaran entre sí.

QWERTY es un vestigio que muy probablemente desaparecerá, porque no tiene ninguna función en las PC modernas. Probablemente sea el nuevo reto que los “modernos” nacidos en la era de las PC deban enfrentar… mientras sus hijos vean de manera natural una nueva disposición del teclado.

Las PC también morirán. Es un destino ya escrito. Ya se habla de súper dispositivos que, auxiliados por la nanotecnología… estén ubicadas en nuestro ojo… Una especie de lente de contacto que con un parpadeo o por emisiones eléctricas de nuestro cerebro sean capaces de hacer comunicarnos con alguien en otro país, reconocer a alguien que se nos aproxime, haga transacciones de cualquier tipo, escriban documentos mientras estamos sentados comiendo… y un largo etcétera…

Y es probable, que alguien de mi edad logre ver esos cambios…

martes, abril 19, 2011

Elogio de una novela corta


-¡Mentira, Mentira!- gritó Lutetia, como sólo las mujeres pueden gritar cuando quieren negar una verdad palmaria…
Confesión de un asesino.


Cómo disfruto esas obras maestras, que en extensión rebasan a un cuento largo y pero son en justicia una novela. Que desde la primera página atrapan al lector y lo mantienen allí de la mano hasta la última palabra.

No es que la extensión sea un problema ni un motivo de descalificación. El punto es que podemos encontrar novelas como “El Duelo” o “El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad, que nos arrastran a su trama, las vivimos con intensidad por su tema: probablemente en el fondo sepamos que allí se encierra una de esa incógnitas existenciales, o una de esas grandes tragedias humanas, que un artista habilidoso logra concentrar en un centenar de páginas.

Confieso casi con vergüenza que desconocía a Joseph Roth. Tal vez apenas lo había oído mencionar. Pero hace como dos meses estaba en la búsqueda de algo que atrapara mi imaginación, y por casualidad escuché la conversación entre el dueño de la librería y un laureado escritor venezolano y surgió el nombre de este autor.

Entre los libros que encontré (y probablemente el título fue decisivo en la elección) fue “Confesión de un asesino”.

Uno de esos seres extraviados en el París a comienzos del siglo pasado conoce a un extraño personaje, quien tiene una historia realmente extraordinaria que contar. Y registra cada palabra.

Golubchick vive en los bosques de Rusia. Crece en la creencia que su padre es el guardabosque. Su madre es una mujer triste. Ya siendo joven, Golubchick se entera que su padre verdadero padre es un el poderoso príncipe Krapotkin... Así que un día se decide acudir ante él y que lo reconozca como su hijo, para poder ser el gran hombre que merece ser y no el olvidado ser humano que es.

Golubchick visita a su padre, quien no sólo le trata con desprecio, sino que el príncipe tiene como hijo a un muchacho petulante, que para colmo, no es su verdadero hijo. Este hecho marca su destino. Golubchick, que era un verdadero Krapotkin es desplazado por ese falso vástago, que además gozaba del amor y favoritismo del príncipe.

Cuando tomamos esas decisiones, basadas en emocionalidad y no en racionalidad, es probable que sea el demonio quien dirija los pasos. Peor aún ocurre con aquellos que además consideran que la vida los ha tratado injustamente, que merecen más de lo que tienen y que otros u otros que sin mérito alguno poseen lo que les pertenece. A esto podemos agregar que se enamoran de alguien que evidentemente los empujará inevitablemente hacia la perdición.

Roth nos va llevando magistralmente por todas estas fases hasta un desenlace trágico… y ridículo a la vez.

sábado, abril 09, 2011

LA CARTA DE OSCAR


Juez : ¿Reconoce que esa carta es inmoral?
Wilde : Es peor, está mal escrita.


Oscar Wilde le escribe a su íntimo Bosie (Lord Alfred Douglas) una extensa carta en la que él le explica su visión de todo ese asunto que lleva a Wilde a un amargo presidio. Bosie quería vengarse de su padre, reprocharle el desprecio que éste sentía por un hijo invertido, delicado e inútil (sólo basta ver fotografías de Bosie: es menudo, delgado, inservible para cualquier tipo de trabajo, ocupado tan solo en su apariencia personal y en asistir a fiestas para beber champaña y comer manjares), y se vale de Oscar para llevar a cabo ese acto de perdición.
Estos dos personajes llevan ya bastante tiempo una vida dedicada al hedonismo (o al exceso) y tal vez con ello querían burlarse de una sociedad puritana que, de no ser por el genio y simpatía de Wilde, hubieran sido apartados como sabandijas. Pero la fortuna no sería por mucho tiempo, porque Wilde se empecinaba en envolver su sórdida relación con la neblina de lo sublime.
Oscar quería separarse de Bosie. Sabía que era tan solo cuestión de esperar a que algo grave pasara. La madre de Bosie lo presentía también, y se lo hacía saber en secreto a Wilde. Pero el amor hacia ese joven irresponsable era más fuerte que la sensatez.
Bastaron unas palabras y gestos impertinentes del Marqués de Queensberry (el padre de Lord Alfred), para que Bosie indignado incitara a Wilde a una demanda sin sentido contra el padre furibundo, y fuera reparado un daño moral, (pero para satisfacer intereses económicos de Bosie), sin percatarse de que estaban dentro de una sociedad extremadamente conservadora, que apenas toleraba a Wilde porque era gracioso, porque hacía reír, porque escribía bien, porque era un gran artista y un genio.
De manera repentina el escritor pasa de acusador a acusado. Se presentaban las pruebas de la indecencia de Wilde y cómo su influencia corrompió al joven Lord Alfred. La elocuencia de Wilde no fue de gran ayuda (por el contrario, sus hábiles respuestas al juez causaban más irritación y menos indulgencia).
Es en la cárcel donde Wilde comienza a escribir esa profusa carta, que conocemos como De Profundis, que narra los acontecimientos que causaron la perdición, que cuenta el egoísmo de Bosie ; nos describe el cambio que tiene lugar en el espíritu del artista en su reclusión, llegando a confesar su desprecio por la vida frívola que llevaron por tanto tiempo. Pero dentro de la amargura y la redención que hablan esas páginas, sorprende que se trate también de una carta de amor.

sábado, marzo 12, 2011

Más sobre el E-Book



“I fought the law and the law won”
The Clash

Las Leyes sobre Derecho de Autor (Sobre Propiedad Intelectual, como le dicen en España, o “Copyright” en el mundo anglosajón) consagran una serie de derechos en favor de los creadores de obras literarias, artísticas y científicas. Se busca proteger al autor contra acciones que van desde el detestable plagio hasta reproducciones no autorizadas. Por tanto hay derechos personalísimos, como el de la paternidad sobre la obra, hasta otros de carácter más bien económico, como el de decidir sobre su publicación, distribución, entre otros.

No obstante, en la vida real el sistema es mucho más complejo, pues hay un conjunto de actores que intervienen: editoriales, productoras cinematográficas, productores musicales, entre otros, que mediante contratos, pueden llegar a ser los titulares de los todos o algunos de los derechos económicos sobre la obra.

Un punto que hay que tener presente es que estas Leyes fueron creadas mucho antes del mundo digital de hoy, en el cual las obras eran fijadas en algún soporte físico: un libro, un CD, un DVD, lo cual ofrecía unas ventajas importantes, incluso desde el punto de vista cultural: Si una persona compra un libro, por ejemplo, lo lee y le gusta, puede compartirlo con otra persona prestándoselo , regalándoselo, sin que esto constituya, desde el punto de vista del Derecho de Autor, una violación, pues la ley le otorga al comprador un derecho de propiedad sobre ese soporte físico… aunque el autor (u otros derechohabientes) sigue manteniendo la titularidad sobre la obra.

Sobre este principio funcionan las bibliotecas. Un estudiante en una universidad puede consultar cualquiera de sus libros, estudiarlos, hacer las anotaciones correspondientes, hasta sacar algunas copias de algunos extractos, sin que se esté violentando derecho alguno.

Ahora bien, no ocurre lo mismo en el mundo digital: alguien dueño de un libro electrónico, simplemente no puede prestárselo a otra persona, a menos que éste lea el libro exclusivamente en la computadora u otro dispositivo en donde lo tenga almacenado. Si por alguna razón, se lo envía por correo electrónico, se lo guarda en alguna memoria… ya se está efectuando una fijación y reproducción de la obra, por lo tanto este acto que puede ser completamente inocente, sí es una violación al derecho de autor.

Lo anterior viene a colación con lo que está ocurriendo con bibliotecas en los Estados Unidos y la editorial HarperCollins: de una licencia que otorgaba la empresa y que permitía el acceso al libro sin limitaciones del número de lectores, para que estos pudieran tenerlo en sus lectores por dos semanas… se redujo drásticamente la posibilidad de acceso a 26. Luego de este número, el libro simplemente desaparece, por lo que la biblioteca debe comprar otra vez el libro.

La justificación de la editorial es la esperada: encontrar un balance entre la protección del autor y mantener la presencia del libro en la biblioteca. Ahora bien: el número “26”, ¿cómo saben que ese guarismo representa el “equilibrio” de los intereses en juego? ¿Qué clase de numerología se utilizó para llegar a semejante conclusión?

Este cambio de política muy probablemente tendrá sus efectos: es muy probable que las bibliotecas se lo piensen mejor antes de adquirir un libro digital y por lo pronto prefieran el libro físico, porque ¿para qué tiene una biblioteca un libro que sólo puede prestar 26 veces? ¿Para qué comprar un libro que después de prestar 26 veces, se desvanece?

Pero también, el libro digital representa la tendencia moderna que probablemente haga que el libro físico desaparezca, o al menos, se vaya transformando en una curiosidad o una reliquia.

La actitud de HarperCollins ¿será la tendencia que se impondrá? ¿Qué efecto pudiera tener esta política en la cultura y en el conocimiento? Son muchas preguntas que nos podemos formular, la mayoría de ellas insinúan un futuro que es chocante y desagradable.

Por lo pronto, siendo aún una persona que cabalga entre el mundo físico que culminó en el siglo XX y el mundo digital del XXI, seguiré leyendo los libros de la biblioteca que he acumulado durante estos años, y los prestaré a quien me dé la gana y por el tiempo que me dé la gana, total, aunque sea para esto… la ley está de mi lado.


Ver:
http://mediadecoder.blogs.nytimes.com/2011/02/27/a-limit-on-lending-e-books/?scp=3&sq=e+books&st=nyt

jueves, febrero 17, 2011

El Hombre contra la Corporación


Las Leyes que otorgan patente sobre los inventos a grandes rasgos exigen tres requisitos: Novedad (no haya sido divulga previamente), Altura Inventiva (no resulte obvia para una persona versada sobre la materia técnica de la invención) y tenga aplicación industrial, es decir, pueda ser producido o utilizado en cualquier tipo de industria. Adicionalmente el inventor debe hacer una descripción completa y en detalle de la invención.

Reunido esos requisitos, el Estado ortoga la patente. Este título permite que el inventor pueda utilizar la invención de manera exclusiva para su beneficio, pero (y esto es sumamente importante) significa que puede excluir a cualquier tercero de usar tal invención si no ha sido debidamente autorizado por el titular.

Se ha justificado el sistema de patentes en el beneficio que le reporta a la sociedad: a cambio de divulgar una información que útil a la sociedad, el inventor goza de un derecho de exclusividad de uso durante un tiempo (20 años desde la presentaciín de la solicitud de protección). Al final de ese periodo, cualquiera puede utilizar la invención libremente.

Hay una idea romántica en cuanto a las patentes: Un solitario inventor, en el garaje de su casa, da con una solución técnica innovadora, la patenta. La produce a escala comercial y comienza la carrera para convertirse en millonario.

Ahora bien... la realidad no puede ser tan distinta al pretendido romanticismo con que se adorna el sistema de patentes: Una cosa es tener el título... otra muy distinta es ir a los tribunales a defender ese Derecho. La desventaja comienza con con una serie de factores que escapan de la mano del titular: lentitud en las decisiones, falta de preparación técnica de las Cortes tanto para entender tanto la Ley de Patentes, como la materia sobre la que versa la invención.

A esto podemos agregar que como contraparte puede estar alguien con mayor poder económico, con un músculo financiero de tal magnitud que logre, en el mejor de los casos, aplicar tácticas dilatorias al procedimiento, hacerlo eterno en relación a la efímera vida de un hombre que debe satisfacer sus necesidades y la de su familia.

Bueno, pues esta fue la batalla que emprendió Robert Kearns. Un ingeniero que básicamente se preguntó en 1963: ¿por qué los limpiaparabrisas de los automóviles funcionan tan mal?. ¿por qué no funcionan como el ojo humano, cuyo párpado normalmente trabaja a una velocidad que no perturba?. Y sobre esas premisas comenzó como esos inventores solitarios a trabajar en su casa. Con ensayo y error logró la solución deseada: un limpiaparabrisa intermitente.

¿El próximo paso? Ofrecerlo a quien pudiera estar interesado: porque, una cosa es el invento... y otra llevarlo a escala comercial. Así que Kearns se fue a visitar a la Ford Motor Company, quienes se mostraron interesados en ese adminículo, en esa solución sobre la cual ellos mismos estaban trabajando sin resultados.

Kearns sabe que tras ese interés se encuentra su “sueño americano”... sólo que no fue un sueño placentero y dulce... fue uno amargo y devastador... Luego que el ingeniero comprometiera su patrimonio para producir su invento... Ford manifiesta que ya no está interesado en su invención. No era difícil saber por qué: Se quedaban con la invención y a cambio pagarían.... cero.

La película “Flash of Genius”, dirigida por Marc Abraham y protagonizada por Greg Kinnear trata sobre esta desigual batalla entre un ingeniero profesor universitario y la gran corporación que no tuvo empacho en violentar los derechos de un tercero, fundamentado exclusivamente en su poder económico.

Una pelea como esta se pierde, asi se gane. Es decir ¿cómo compensar el tiempo, el desgaste, el sufrimiento (propio y de los queridos)? “Flash of Genius” refleja quizá el lado amable del asunto. Ford pierde y es obligada a pagar daños. Pero su familia casi se desintegra en el medio en este remolino legal, sin contar con los problemas de salud que significaron.

Pero también es admirable la tenacidad (casi la tozudez) de Kearns para que se reconozciera su derecho y sobre todo, para que la verdad prevaleciera. Al final se transforma en un héroe para todos aquellosque por razones más que comprensibles, deciden ponerse de lado ante el disparejo reto y aceptar el consejo de su abogado: “más vale un mal arreglo que un buen pleito”.

domingo, enero 23, 2011

Reflexiones ortográficas

Tomando en cuenta las nuevas tendencia de la Real Academia de la Lengua, lo importante no es como se escribe, sino el contexto... La RA decidió hacer pequeños cambios que, aunque puedan generar grandes confusiones, debemos confiar en que esos casos serán excepciones.
Así la frase "solo una vez amé la vida"... Con acento, ese "solo" era equivalente a "solamente", pero sin él, significa que ese momento de pasión lo pasó de manera solitaria...
Decir "estoy solo por ti" con acento es una muestra de solidaridad y sin él es una dura recriminación. O si alguien deja escrita la frase: "ME FUI A CATAR"... ¿se fue al Oriente Medio o está examinando algo con el sabor?...
Para estos (¿extraños?) casos, habrá que aclarar con su autor su verdadera intención. Solo (o solamente, para no confundir más) espero que esos ahora vetados acentos no sean motivo para innecesarios malosentendidos.
Ya García Márquez, tiempo atras abogaba por eliminar acentos y haches, que la B y la V se unieran, dejaran atrás las invisibles diferencias y se convirtieran en un solo ser (ver http://www.eluniversal.com.mx/notas/620266.html), propuestas que en su momento generaron no pocas polémica, pero que algunas son tímidamente asomadas por la RA (excepto con el tema de la B y la V... acá la RA decidió radicalizar las invisibles diferencias). Así que en un fururo, no nos extrañe que "Botar" y "Votar" se escriban igual, pero sean distintas a la hora de la verdad... o sea, todo dependerá de ese árbitro último que se llama el "contexto".

La Carta desgraciada

  Esa carta desgraciada Pu ño y letra De mi amada Gualberto Ibarreto El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, decide ausent...