jueves, diciembre 25, 2025

Parte VII: La Solución Forzada al Problema Final: Holmes resucita

Un nuevo asesinato conmueve a la sociedad Londinense: Ronald Adair encuentra la muerte en “extraordinarias circunstancias”. Watson trata de usar el análisis que hizo tan famoso a Sherlock Holmes, pero está consciente de que la ausencia de su mente brillante es una carencia que da una gran desventaja para resolver el crimen y dar con el o los culpables. Sin embargo, cuando todo parece en contra, un extraño anciano cargado de libros se atraviesa en el camino de Watson. Luego, de manera imprevista llega a la residencia de Watson a hacerle una visita. Para sorpresa de Watson, el anciano era nada menos que el mismísimo Sherlock Holmes, vencedor de lo que parecía una muerte inevitable.

La ausencia de Holmes por varios años fue deliberada, pues la banda de Moriarty seguía activa y la manera adecuada de acabar con sus actividades criminales (a juicio de Holmes) era mantener la historia de su muerte vigente hasta atrapar a los miembros aún fuera de las rejas. Obviamente la historia que estructura ACD tiene algunas inconsistencias, pero los lectores eran recompensados con un regreso del mundo de los muertos de su querido héroe. 

La presión de los lectores parecía que surtía efectos, aunque el aspecto crematístico favorable al autor también tuvo un peso relevante en la restitución de Holmes.

Como decíamos anteriormente, el Profesor Moriarty, archienemigo de Holmes es mencionado de manera accesoria en la “El valle del miedo”. Es la mente maestra de una organización criminal de alcance internacional. Tengamos presente que esta novela fue publicada en 1915. Sin embargo, en 1893, en la colección de cuentos “Las memorias de Sherlock Holmes”, aparece “El Problema Final”. En el relato Holmes y Moriarty, en una lucha épica caen por las cataratas de Reichenbach, en un abrazo trágico que acaba con ambas vidas. 

Ahora bien, ¿qué pasaba por la mente de ACD cuando comete este filicidio literario contra una de las más famosas creaciones de todos los tiempos? La respuesta se enlaza con el motivo que inspiran estos ensayos sobre el tema: la impresión de ACD de que su talento literario debía estar enfocado en obras más relevantes. 

En el artículo “The hounding of Arthur Conan Doyle” publicado en “The Irish Times” (1) nos explica que el autor “quería ser recordado, no por sus enigmas de Baker Street, sino por sus libros de ficción histórica e historia militar” es decir, ACD quería trascender por ser una lectura seria.

Esa acción “filicida” causó una conmoción en el mundo literario inglés. La revista “Strand” donde se publicaban las historias de Sherlock Holmes, ve como 20.000 suscripciones se esfuman, cientos de personas salen a la calle con símbolos de luto y hasta el príncipe de Gales (y futuro Rey) se encuentra desolado por la pérdida de su héroe de ficción. (2)


Es interesante que este episodio en “El problema final” que tiene como punto culminante la muerte de Holmes, una vez más se enfatiza ese papel de cabeza  de una organización criminal de Moriarty, pero también nos muestra someramente los antecedentes de la mente criminal: es un intelectual académico de gran prestigio, con trabajos de investigación en el campo de las matemáticas, profesor universitario, pero con una tendencia hereditaria al mal. Su organización criminal es objeto de las investigaciones que ejecuta Holmes. Moriarty no es un criminal cualquiera, es su par en cuanto a capacidades e intelecto. 

“El problema final” no es un buen relato. ACD tiene la actitud de querer deshacerse de una sabandija muerta y maloliente. La trama es apresurada y contradictoria. Moriarty tiene al menos dos oportunidades para eliminar a Holmes, pero prefiere retarlo a pelear al borde de unas cataratas. Su resurrección tampoco da detalles relevantes y suma más contradicciones. Pero a fin de cuentas, un héroe regresa de lo que parece un destino sin retorno. A su manera me recuerda cómo la industria del entretenimiento revive del sueño eterno a personajes que legalmente habían sido declarados muertos. 


Referencia:

(1) https://www.irishtimes.com/news/the-hounding-of-arthur-conan-doyle-1.323267

(2) Jaume, Andreu Introducción en Sir Arthur Conan Doyle Sherlock Holmes Relatos I. Penguin Clásicos, 2015.  


domingo, diciembre 14, 2025

Parte VI: El valle del miedo

 En la cuarta novela de Sherlock Holmes, “El Valle del Miedo”, ACD usa el mismo recurso narrativo de “Estudio en Escarlata”, una narración inicial en la que el Dr. Watson da cuenta de la investigación de un extraño asesinato, que en cierto momento es cambiado por una narración omnisciente que lleva a los antecedentes: se inician en América, se enlaza con el asesinato que nuestro detective investiga, para luego retornar al presente y dar las últimas explicaciones de cómo concluye el caso. Toda esta exposición nos lleva a una sociedad secreta que aterroriza a una comunidad, mientras las autoridades hacen su esfuerzo para reducir y acabar con ese grupo.

¿Tiene valor literario esta novela? Por supuesto que lo tiene en el sentido que es entretenida, se presentan todos los elementos de misterio, análisis para determinar las causas y autores del crimen, y la explicación de antecedentes, en sí misma tiene su peso, no solo para entender el contexto, sino que agrega un nuevo giro en la trama (el primero es cuando Holmes revela quien es el verdadero asesino).

Sin embargo, es aquí donde se ve la diferencia con el “Perro de los Baskerville”, en la que el peso narrativo lo tiene Watson, y eso añade una capa de misterio porque el lector sabe


que hay un elemento casi metafísico que los investigadores tratan de desentrañar, y esto mantiene mayor tensión en la trama. 

De las curiosidades de la novela, está la presencia muy tangencial del “Profesor Moriarty” al principio de la novela (cuando están desentrañando un mensaje críptico relacionado con un crimen) y al final cuando ante un nuevo crimen, Holmes afirma:

No, no, no se equivoque —dijo Holmes—. Detrás de esto hay una mano maestra. No es un caso de escopetas de cañones recortados y burdos revólveres con tambor de seis balas. Se puede distinguir a un maestro consagrado por el trazo de su pincel. Puedo reconocer un Moriarty en cuanto lo veo.

En esa sentencia de Holmes se asoma una batalla final en un sentido completamente maniqueo. Sin embargo, esa conflagración nunca tuvo lugar. 

Por otra parte, el Profesor Moriarty está presente en el universo de Holmes. Una de las narraciones relevantes Moriarty es en el cuento “El problema final”. En ella tiene lugar la “muerte” de Holmes, pero ya tendremos ocasión de hablar de este relato y de Moriarty.

Jesus Lopez Cegarra


Parte VII: La Solución Forzada al Problema Final: Holmes resucita

Un nuevo asesinato conmueve a la sociedad Londinense: Ronald Adair encuentra la muerte en “extraordinarias circunstancias”. Watson trata de ...