Daba un ágil salto a una rendija estrecha en la ventana
Caminaba en silencio
Se acostaba en la cama
Cuando ya estaba por amanecer salía por la misma ventana
Para llevar su vida libre y sin ataduras afectivas
Allá afuera encontraba cariño en otros
Pero mi casa era su habitación
Hasta cuando me ausentaba
Por un día o una semana
Pero en raras ocasiones traía un regalo extraño
Maullando de una forma especial
Traía su presente
Alguna descuidada ave
Que olvidó que la muerte
Sorprende en cualquier lugar