martes, octubre 16, 2018

Notas sobre “La Inmortalidad”. Milán Kundera (1929)


La novela-ensayo del checo Milan Kundera “La Inmortalidad” es una invitación a reflexionar la trascendencia temporal del hombre.

Hay seres cuya inmortalidad es indiscutible. Estos son los que pertenecen a lo que Kundera la llama la “Gran inmortalidad”. Esta esencialmente consiste en el recuerdo del hombre en la mente de aquellos que no conoció personalmente. De ella son ejemplo Goethe, Beethoven y Napoleón. Esta contrasta con la “pequeña inmortalidad”, la cual se limita al recuerdo del hombre en la mente de quienes lo conocieron. Pero también existe otro tipo de inmortalidad, una a la que ninguno de nosotros quisiera pertenecer: la “Inmortalidad Ridícula”.



Kundera nos presenta cuatro ejemplos de esta última. Christiane, la mujer de Goethe, en una discusión Bettina Brentano, fue llamada por esta (en ese momento y para la eternidad) morcilla gorda que muerde. Jimmy Carter invita a los medios de comunicación para demostrar la fortaleza y la juventud del presidente del gran imperio. Sin embargo, sufre un ligero ataque al corazón y allí están las cámaras de la televisión que “…en lugar de un atleta pletórico de salud, tuvieron que exhibir a un hombre envejecido que tiene mala suerte...”.  Tycho Brahe, un gran astrónomo, quien, por razones de pudor, se le estalló la vejiga en una cena de gala, y el novelista Robert Musil, quien murió levantando pesas, injusto destino para esto dos últimos que al menos dejaron una obra trascendente.

Jesus Lopez Cegarra

La Carta desgraciada

  Esa carta desgraciada Pu ño y letra De mi amada Gualberto Ibarreto El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, decide ausent...